VIDEO. El tópico de la semana. Hace una semana o poco más vimos al señor Iván Duque decir que Colombia daba un paso más para convertirse en el Silicon Valley de América Latina. Pues bien, hemos querido tomar aquella aseveración y examinar si es cierto que vamos por aquel camino.
Silicon Valley significa el Valle del Silicio y esto se debe al avance tecnológico que se produjo que aquella región de California en los EE. UU. en donde se producían chips y otros componentes a base de silicio. El milagro de esta región no fue tan milagroso, cuanto fue la creación de un ecosistema de recursos económicos y académicos al servicio de la creatividad, el ingenio y la investigación. Pues bien, a diferencia de Colombia no es que llegaran empresas extranjeras a abrir oficinas comerciales, lo que ocurrió fue investigación, apoyo financiero y muchas equivocaciones y errores, pues si bien hoy solo vemos los casos exitosos, muchos no lo fueron.
Si tomamos lo anterior tenemos que decir que Colombia no va por este camino y nos encontramos lejos como nos lo demuestran los siguientes datos. Según la Cepal solo el 62 % de la población tiene acceso a internet y no en las mejores condiciones. Y según la Unctad Colombia es octava de la región entre los países mejor adaptados para la implementación de tecnologías de vanguardia como Bigdata, IoT, 5G, Robótica, Nanotecnología, Blockchai, energías limpias etc. Por lo tanto, estamos lejos de ser pioneros en la región.
Por otra parte, cuando oímos Silicon Valley pensamos automáticamente en modernidad, desarrollo y tecnología. Es en este sentido que lo usa el gobierno de Colombia, pero cabe preguntarse, ¿somos un país moderno? La respuesta es no, y esto lo demuestra el alto grado de desigualdad, el acceso a la tecnología, a la educación, la calidad de vida, la corrupción en las instituciones y lo que es más grave, la violencia política. Esto último pone en entredicho el mismo carácter democrático de nuestro régimen de gobierno, pues un país que se precie de ser moderno y democrático, mantiene unos mínimos de calidad de vida y no tolera la violencia política.
Por último, si bien hoy no somo un país avanzado y de progreso, esto no quiere decir que mañana no podamos serlo. De hecho, cada vez estamos más cerca de expulsar esa arcaica élite política y hacer de Colombia una República Democrática.
