Las relaciones nos conectan con nosotros mismos. La gente solitaria comúnmente desarrolla temores, ansiedad por el aburrimiento acumulado y dependencias. A largo plazo, una mente solitaria mal enfocada puede desarrollar patrones de miedo en interactuar y dependencias que, usualmente en el mundo moderno (tan solitario), la gente resuelve acompañándose de alguna mascota.
Así como el pie siente al pie cuando tiene contacto con el suelo, la gente se siente a sí misma, cuando interactúa con otro “ser vivo”. El ser con el que se interactúe debe simular una personalidad independiente, debe “estar vivo”, no necesariamente biótico. Me explico, una computadora, la tele, la radio, un libro, una revista, mi consciencia interna, una muñeca, un videojuego y un robot no son realmente seres bióticos, pero simulan en la mente de su receptor la idea de personalidad propia. Interactuar con este tipo de cosas es un engaño que nuestro preconsciente le hace a nuestra mente y ella lo cree. Resalto los que son meramente imaginativos como darle personalidad a una muñeca o meditar (hablar con nuestra consciencia interna). En estos dos casos, estamos hablando con nosotros mismos pero llega un punto en el que la persona no lo nota. Los demás casos son aún más engañosos, pues con un juguete el niño interactúa consigo mismo aunque sienta estar hablando con un segundo.
El concepto de las relaciones ha llegado a ser tan importante que las potencias mundiales desarrollan campañas de conexión afable con los países pobres que un día fueron sus colonias. Cada vez se hace más necesario tener amigos, llega un punto en que es más relevante que tener dinero. Así mismo, las empresas han comprendido que para lograr mayores ventas tienen que tener buenas relaciones con sus clientes y con sus empleados. Prestar servicios sociales y tener un departamento de customer relationship management es un óptimo camino para generar estas relaciones con los clientes. Dar bonos para promover las ventas y producciones, compartir un desayuno con los coordinadores todos los sábados, genera relaciones con los trabajadores. El Dios monoteísta creó todo con base a la necesidad de relacionarse y ni qué decir de los dioses politeístas.
El problema de las relaciones radica en el punto en que nos hacemos inútiles sin ellas, los países que tienden a importarlo todo son un excelente ejemplo del riesgo que se corre al pasar de tener buenas relaciones a depender de estas. Ese es el problema de la base sobre la cual el statu quo occidental plantea la vida, la base de depender de una relación, de una familia, de una patria, de un equipo deportivo, de una comunidad religiosa, entre otros, para existir. Esa percepción es la dicotomía que genera la infelicidad en las gentes, pues divide el camino en una (Y). Se separa la sociedad con base en la idea de nosotros y los otros. Esa dependencia a las relaciones nos esclaviza, el mismo Newton planteó que: "Si me hubiera quedado con otras personas para que hicieran mis herramientas y cosas para mí, nunca habría hecho nada".
