Cada vez que escucho al presidente y a sus ministros hablar de la reactivación de la economía, por ende del regreso de las personas a sus puestos de trabajo, me lleno de ilusiones y pienso: "por fin volveré a laborar, cosa que tanta falta me hace para poder dar a mi familia ese bienestar por el que la mayoría de los colombianos madrugamos día a día".
Sin embargo, esa dicha se termina pronto cuando escucho a las ARL promulgar que las personas con enfermedades de base o mayores de 60 años no pueden retornar al trabajo.
Entonces me pregunto: ¿es que acaso nos volvimos desechables?, ¿quién nos va a proteger ante el inminente despido de las empresas por nuestra condición (cualquiera que sea)?, ¿cómo vamos a mantener a nuestras familias?, ¿qué va a pasar con nuestras pensiones (por las que hemos trabajado toda una vida y nos falta poco para obtenerlas)?
Seguramente tendremos que entrar al empleo informal y llenar las calles con carretillas de frutas o tendidos en las aceras con cachivaches...
Qué bueno sería escuchar al ministro de Salud y al ministro de Trabajo dar soluciones para las personas que estamos en estas condiciones y que no tenemos una fuente de ingresos diferente a la de nuestros oficios.