Empecemos aclarando que Cristo no es ni el segundo nombre ni el apellido de Jesús, el hijo terrenal de José y María. Cristo es una palabra latina cuya traducción del hebreo original quiere decir “mesías o ungido” como sinónimo del mismo idioma, y se emplea como epíteto para designar al Jesús de Nazaret. A través de los años, y secundado por las iglesias, la católica especialmente, el término Jesucristo terminó siendo el apelativo del que la Biblia habla como el enviado de Dios o su hijo Unigénito. Lo correcto sería decir Jesús, el Cristo.
Si nos remontamos a la época, tenemos que el cristianismo, como se conoce hoy al seguidor de Jesús, no existía. Ni siquiera en la época en que se dice inició su proceso de predicación. Es posible que ni él mismo pensase que algún día existiría una religión con su nombre, independiente de la religión que profesaba su familia y todos sus seguidores de la época, pues, en ninguna parte de la Biblia hace referencia a nada parecido. Hasta podemos testificar que el evangelio que predicaba era el mismo que le enseñaron en Judea y que él exaltaba las partes importantes, pues, entonces el territorio de Palestina y sus alrededores estaba sometido por romanos paganos, lo que contribuyó a que se degenerase el judaísmo, una de las religiones junto al Islam, predominantes en el área.
Debido al estado de corrupción y abusos de parte de los gobernantes, Jesús inició su prédica contra las inmoralidades, los robos, homicidios, el adulterio, la codicia, la perversidad, los fraudes, el desenfreno (Marcos 7:21-23), a favor del amor, la paz, la integridad, predicando de una segunda venida para ajusticiar a todos. Por lo menos es lo que dicen que predicó según dicen los escritores de la Biblia después de su muerte.
En el Torá, o la ley y el patrimonio que identifica al pueblo judío, también conocida como pentateuco por la iglesia católica, era la base principal para la religión de entonces.
Las imágenes representativas de Jesús, y su padre José (llamado San José por la iglesia católica), y María (llamada Virgen por la misma iglesia, aunque aparte de Jesús, tuvo varios hijos), los retratan con la vestimenta tradicional de la religión predominante, el judaísmo, pero con una fuerte tendencia a parecerse a la vestimenta de los islamistas. Es una confusión natural porque aún hoy día muchos no sabemos exactamente qué usa uno diferente al otro.
María no se tapa el rostro, pero el velo en la cabeza es obligatorio para identificarla en todas las imágenes religiosas, especialmente la católica, adicional la expresión sumisa del rostro de mujer sufrida, o sometida, confundida con signos de bondad y dedicación. Y la vestimenta de Jesús es la tradicional túnica reservada a los maestros, un manto, cinturón y sandalias. Se sospecha que usaba turbante, pues de acuerdo a la tradición de su religión, el maestro debía usar turbante o cubrir la cabeza con la manta mientras enseñaba.
Al parecer, todos los seguidores de Jesús, junto a los más cercanos llamados apóstoles por la iglesia católica, pertenecían a la religión judía. No tenían idea de que nacería una nueva religión con base a lo que entonces predicaban acerca de aplicar la ley descrita en sus libros canónicos.
Entonces, y aún hoy, predicar otra corriente religiosa en la región es sinónimo de blasfemia, castigada, según la ley laica, con muerte.
Si Jesús menciona en sus discursos nueva corriente religiosa, de seguro que hasta sus mismos apóstoles le hubieran aprendido y ajusticiado, empezando porque en ninguna parte dice que habló de religión.
Jesús y sus seguidores fueron perseguidos por predicar de justicia y contra la corrupción, como hoy sucede en varias regiones del Planeta. Y por ello fue asesinado y los tales apóstoles perseguidos, algunos también asesinados y otros expatriados. Esto es una verdad que se sucede en todos los países casi en todas las épocas. Y ese parece fue el error de los gobernantes de entonces, pues los seguidores no desistieron y convirtieron al maestro en mártir, luego vino el crecimiento de su prédica y entonces la iglesia romana, llamada católica, se abrogó el derecho de tomar el legado para refundar la nueva religión: el cristianismo.
El resto de la historia lo sabemos casi todos, con el nombre de Jesús (o Cristo), invadían pueblos, asesinaban, robaban e imponían la nueva fe. Allí están las tales cruzadas de la Edad Medía, justo contra la religión de Jesús, María y José, los padres del primero en toda la región donde nació y predicó, y todavía en América están latentes las terribles consecuencias de la Inquisición, también para convertir al cristianismo a los nativos y esclavos africanos que no sabían de esto.
A estas alturas caben varias preguntas: ¿sospechó Jesús que algún día se tomaría su nombre para imponer una creencia?, ¿estaría de acuerdo en que se cambie su fe por una nueva llamada cristianismo?, ¿tendría noción de la cantidad de religiones posteriores que saldrían de su prédica?, ¿si todas dicen seguir sus directrices, entonces por qué hacen lo contrario?
