El título de esta columna es la pregunta pertinente que se hace Ingrid Betancur respecto a la recién fallecida Piedad Córdoba: ¿De qué le sirvió haber hecho tanto daño? A este columnista no le cabe la menor duda que Piedad Córdoba, con base en sus estrechas relaciones con las Farc y Hugo Chávez, por medio de hilos perversos demoró la liberación de Ingrid para poder lograr sus pérfidos objetivos.
Por otro lado, Piedad Córdoba era mala, pero astuta. De su marrullería venía su clara predilección por el efectivo, fueran pesos, dólares o euros. La Córdoba sabía que los dineros que recibía, indistintamente del origen, no podrían ser rastreados si eran en billetes y hasta ahora nunca le han podido rastrear a la chocoana, que este columnista sepa, la millonada que le dieron los chavistas. En su predilección por el rabioso contado se asemejaba a Juan Carlos Montes, el prófugo de la justicia que se grabó a él mismo entregándole fajos millonarios de billetes a Gustavo Petro. Pero no todo le salía bien a la senadora: en el 2021 fue detenida provisionalmente en Honduras con USD 68.000 en efectivo que nunca declaró. Esta suma es insignificante al lado de los millones de dólares que recibió tanto de Chávez y Maduro, como la millonada que recibió de empresarios venales, por ‘coimas’ y comisiones dado que Piedad Córdoba era la tramitadora de los falsos empresarios que tenían o pretendían tener negocios con Venezuela, como Alex Saab. Madrina de Saab, se le atribuye que gracias a ella, el corrupto empresario barranquillero pudo tener contactos de altos nivel en el gobierno venezolano, según se explica en el libro Alex Saab. La verdad del empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, del periodista Gerardo Reyes.
Si bien es la heroína de los izquierdistas más recalcitrantes, hay intelectuales que la cuestionan
Piedad Córdoba fue destituida en 2000 por mantener comunicaciones con las Farc y fue inhabilitada de ejercer cargos públicos por 18 años.
Y si bien es la heroína de los izquierdistas más recalcitrantes, hay intelectuales que la cuestionan. Uno de ellos es el escritor y poeta Eduardo Escobar, quien en su última columna en el diario El Tiempo, señala: “Y finalmente, por esas cosas de la vida, acabó participando el sainete criminal de las Farc, como defensora de los derechos humanos de los guerrilleros, y en las componendas financieras del socialismo del siglo XXI venezolano. Yo no creo que amara la paz como dijo. Ayudó a la polarización del país con su carácter cerrero. La izquierda exquisita la despide como una gran demócrata. El presidente que jamás la quiso bien ahora la describe como una gran liberal. Pero todo lo hizo Piedad pensando en sí misma. Y al fin se dejó ilusionar con la idea de convertirse en la candidata de la patria grande bolivariana al amparo de Hugo Chávez. Eso la perdió. Lo de demócrata no cabe con esas alianzas y esas aspiraciones. Cuesta creer en su desprendimiento.”
Al igual que en EE.UU, debiera haber leyes que reglamenten las actividades de agentes de gobiernos extranjeros. De acuerdo con el abogado Manuel Vallina – Grisanti, “La Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA por sus siglas en inglés), fue aprobada en los Estados Unidos en el año 1938 y requiere que los agentes que representan los intereses de cualquier país o persona extranjera en lo que se define como una "capacidad política o cuasi-política" den a conocer su relación con dicho gobierno o persona extranjera , al igual que suministren información sobre sus actividades y las fuentes de financiación”.
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Apostilla: La muestra más fehaciente del despiporre que existe en esta administración es el cantinflesco ministro de Salud proponiendo reformas tributarias. Con razón el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, afirmó sobre Jaramillo: “Dejémosle a él que divague”