La tecnología, sobre todo en materia de comunicaciones, ha dejado en bola a la humanidad y sus debilidades. Como dice mi hijo menor: Desnuda y con las partes íntimas vistas; pero íntimas del alma, del pensamiento, del corazón y del cuerpo… ¡De todo!
Casi nadie hoy en Colombia deja de asquearse con la actual campaña presidencial. Mi querida colega Adriana La Rotta dijo este fin de semana en su columna de El Tiempo que lo que se está interpretando como una degradación del debate lleva a un grado de transparencia que no existía antes, y agrega que aunque “escuchas ilegales y narcos que tratan de aproximarse al poder son plagas de vieja data en Colombia”, las denuncias dejarán claro “a quienes orquestaron las jugadas que, tarde o temprano, sus acciones saldrán a la luz pública”. Y más temprano que tarde diría yo, ¿saben por qué? Por obra y gracia de la tecnología. No es que ahora los políticos sean más marrulleros y sucios, no, siempre han sido así; ¡lo que pasa es que hoy nos queda más fácil descubrirlos! Pero no hablemos más de política, que es una jartera, sino de la cotidianidad de los seres humanos hoy de la mano de los avances de la ciencia. Enamorarse, ir al baño, conseguir trabajo, casi cualquier cosa se puede hacer y queda en evidencia. Hasta poner cachos. Antes las señoras esculcaban los bolsillos y encontraban papelitos comprometedores, facturas, y recibían llamadas anónimas o de vecinas chismosas que las ponían al tanto de las andanzas de sus esposos. Hoy hay de todo para pillar a los señores (y a las señoras también): desde el simple WhatsApp, hasta sofisticadas aplicaciones y dispositivos GPS para grabar llamadas y perseguir desde el celular; así de fácil.
Remitámonos solo al celular, porque las App van desde conseguir el nombre de su hijo, hasta manejar el consolador de su pareja desde la distancia… Como dicen los gringos, no comment, eso sin piel no vale… Digo… Por ejemplo, ¿quiere pillar a un mentiroso? Instale en su móvil Advanced Lie Detector que capta el estrés en la voz de la otra persona y le dirá si le están mintiendo o no. Bueno, ¿no?. ¿Pero quiere programar qué soñar mientras duerme? Dreamon le ayuda con sonidos durante la fase REM del sueño. ¿Le gusta explotar las burbujas de los empaques? BubbleFree (iOS) le da ese gustico. También está la aplicación de futurología; Palm Reading Booth (iOS) le toma una foto a la palma de su mano y la analiza basándose en técnicas de quiromancia reales. Y qué tal Fake a Call (iOS/Android); esta aplicación lo saca de reuniones improductivas o visitas aburridas fingiendo que lo llaman, es decir, se inventa una llamada. Esta me gusta…
Claro que las hay absurdas. No instalaría el "Test de su muerte" que le dice a uno cómo y cuándo se va a morir; ni de riesgos. Pero las siguientes si son como para alquilar balcón. French Kiss evalúa su técnica besando. No me imagino una chupeteada con el teléfono… ¡Qué tristeza! Miren esta otra: Sin (pecado en inglés)(iOS),es una de las App más extrañas y locas que uno se puede encontrar. Se trata básicamente de un confesionario en el que puede compartir esos pecados o secretos que lo abruman de manera anónima. La gracia está en que puede además ver las confesiones de otros “pecadores”, votarlas como favoritas o marcarlas como inapropiadas, si cree que se han pasado de la raya. A ver, a quién se la sugerimos… Pero quiero cerrar con la campeona: Drunk Pee, que les ayuda a los señores a entrenarse en el arte de apuntar en el inodoro cuando están borrachosy no mojar el roscón (no al roscón), el bizcocho o el aro -como usted le diga- cuandovan al baño. Me da pena, pero no me imagino en una mano el teléfono, en la otra lo propio, atento a apuntar donde es pero sin mojar el teléfono mientras hace click para poner a funcionar la aplicación… ¡Y borracho! Me muero de la risa.
Esa es la tecnología, la que hoy descubre bandidos, ha disparado la pornografía y la pedofilia, identifica ladrones callejeros, hace periodistas a los ciudadanos, hace caer a infieles y descubre perverso al político más santo.
¡Feliz resto de semana!
