Volvemos a cuestionarnos ¿Qué es más importante si la imagen corporativa o su identidad?, aspecto que se puede correlacionar positivamente con el contenido del libro de Berger y Luckmann titulado la construcción social de la realidad.
Es decir, la realidad social es una construcción colectiva (intersubjetiva), donde la significación (subjetiva) que se les da a los hechos, cosas, expresiones verbales, simbólicas, comportamientos; en las interrelaciones, no son otra cosa que las tipificaciones que le asignamos a las pautas recurrentes, en su contexto y tiempo. Estas características similares y aceptadas proporcionan un sentido de unidad y base fundamental para identificar los grupos sociales, organizaciones de una sociedad.
La sociedad se objetiva a través de los individuos quienes se organizan en grupos, donde las creencias, intereses, valores, normas, perspectivas de vida, proyecciones, ideologías, los une e identifica.
Como derivación de lo anterior, debemos entender que los grupos sociales, se pueden clasificar en categorías sociales.
Para un mejor entendimiento, en los primeros, sus integrantes se identifican entre sí; sus interactuaciones tienen una significación similar. Sus acciones son colectivas que apuntan a un objetivo, metas, a través de políticas, estrategias, procedimientos, coordinados entre sí, de acuerdo con su forma de organización estructural o funcional y su contexto. Ejemplo de ello tenemos grupos sociales como: familia, académico, religioso, político, empresarial, sindical, económico, etc.
Para los segundos, no se tiene que conocer o tener una relación estrecha. Es un cómo veo, percibo, al otro. La categorización social, se da por una tipificación que los identifica por unas características biológicas, cronológicas, sociológicas, psicológicas, políticas; por ejemplo, sexo, genero, edad, cultura, etnia, nacionalidad, estatus social, criminal, ciudadano, desadaptado, vecino, corrupto, trabajador, campesino, estudiante, vándalo, etc.
En consecuencia, el grupo social, tiene como responsabilidad la socialización, de las normas, valores, principios morales y éticos; entendimiento del entorno, sus problemas como toma de decisiones.
Este grupo social de acuerdo con las características genealógicas, formas de vinculación afectiva o social, se identifica como grupo primario, donde las relaciones, interacciones o compartimiento, son estrechas (amor, empatía) y la duración de ellas son prolongadas (fidelidad). Ejemplo de ellos tenemos la pareja, los amigos, la familia (nuclear, extensiva).
Los grupos secundarios, se caracterizan por las relaciones que están establecidas o definidas por unas reglas, normas; que determinan, las formas, procedimientos a ejecutar en esas interacciones y por una temporalidad de las interrelaciones, reflejadas como amistad, compañerismo, vecindad, empatía, altruismo, cooperación, liderazgo. Ejemplo, organizaciones laborales, asociaciones (sindicales, políticas, sociales, deportivas, criminales, ONG), organizaciones o entidades estatales (policía, fiscalía, procuraduría, etc.).
En general estos grupos orientan a sus integrantes, para que sus capacidades, competencias, habilidades, carácter, destrezas, conocimientos adquiridos, habilidades de comunicación, los conlleve a mejorar las condiciones de vida, mejorando su entorno social individual, como colectivo.
A esta altura y como se dijo al principio, ¿qué pesa más, ante la sociedad, la imagen del grupo social (imagen corporativa), bien sea primario o secundario, o su identidad.
La identidad no es otra cosa que los elementos visuales, logotipo, prendas de vestir, colores, instrumentos; y la imagen, es la percepción que la comunidad tiene de los productos, servicios y beneficios obtenidos de ese grupo.
La identidad en la familia se manifiesta por su composición, madre, padre, hijos, nombres, apellidos, sexo, edad, género, constitución corporal, raza, personalidad de sus integrantes, creencias, idiosincrasia, valores, y todas aquellas variables cualitativas que permitan diferenciar una familia de otra. La imagen se expresa en términos de si es una familia funcional o disfuncional.
Frente a la policía nacional de Colombia su identidad esta representada por su nuevo uniforme azul, por el lema “Dios y Patria”, y hoy se quiere establecer que su competencia, para ejercer su misión, debe estar establecida por su territorialidad. Es decir, que cambiaría su nombre, bien por policía local, policía municipal, policía distrital, cuerpo de agentes civiles, cuerpos autónomos de seguridad (alcaldesa) o el nombre más llamativo y popular que se le quiera colocar. Estos últimos son un equivalente a las cooperativas de vigilancia (convivir) que se establecieron con el decreto ley 356 de 1994. La diferencia sería que estas son rurales y la propuesta seria urbana.
Sumémosle a lo que se viene analizando, permitirle a la institución el ingreso a las universidades, las cuales cuentan con su autonomía universitaria, que no es otra cosa que la independencia política y administrativa respecto de los factores externos.
Por otro lado, la cantidad de policiales, o policías por densidad poblacional, no sería, tampoco la solución a la problemática de convivencia ciudadana. Esto sería como la búsqueda de tener un policía para cada ciudadano.
La territorialidad no es un factor determinante, igual que el color del uniforme y el lema, para que la misión, visión, políticas institucionales, como metas estratégicas establecidas en su plan de acción, cumplan con su papel o rol esencial, que es la garantía de los derechos humanos (vida, integridad personal, libertad, seguridad, legalidad, justicia).
Estos elementos a la fecha no se ven o manifiestan, que hayan dado resultados verdaderos. Los índices o indicadores de convivencia, seguridad y justicia ciudadana se vienen incrementando.
Lo esencial, importante para la policía nacional de Colombia, es su imagen, que se expresa por su objetivación y legitimidad de sus acciones.
El policía debe ser el equivalente a un padre, profesor, líder social, psicólogo. Seres que están llenos de actitudes positivas, orientadores de la salud social, mental, con competencias en la comunicación, y del conocimiento de la vida e interrelación colectiva.
Es decir, debe ser un maestro del comportamiento ciudadano, un constructor de las ciudades o espacios humanos del aprendizaje de la participación colectiva, direccionada para una mejor calidad de vida, salud social (convivencia), sostenibilidad ambiental. En última instancia es el direccionador para la construcción del paraíso terrenal.
Este maestro de los espacios sociales debe ser y proyectar en el ciudadano que las relaciones interpersonales cargadas de la tolerancia, la comunicación efectiva, el respeto, higiene, modales sociales (saludar, despedirse, alabar, ser cortes, etc.), ayudar, colaborar, y la aplicabilidad de los protocolos de acción policial son importantes en nuestra existencia.
Con todo lo anterior debe desaparecer de los medios abiertos y redes sociales, el mal servicio policial, evidenciado con el abuso de poder, agrediendo, maltratando físicamente, usando improperios, groserías, atendiendo diferencialmente las personas de acuerdo con su rol o estatus social, extorsionando, se comen dinero para ocultar los elementos materiales probatorios (EMP), formando parte de grupos criminales, etc.
Es importante, para finalizar que el poder otorgado por el estado a la policía debe ser un poder “para” materializar una sana y grata convivencia y no un poder “sobre”, para dominar, mediante la amenaza, fuerza, violencia, exigiendo tomar posturas sin brindar las argumentaciones legales.
Para terminar, los invito a leer el las2orillas las siguientes notas ciudadanas que enriquecen la presente nota: Del comportamiento policial y la sociedad, Dios y Patria: ¿Por qué el lema de la policía hay que cambiarlo?, la volteada del ESMAD, ¿Por qué les estamos cascando a los policías?, reestructuración de la Policía Nacional (I), reestructuración de la Policía Nacional (II), son necesarios los nuevos uniformas en la Policía Nacional, díganme tombo, díganme aguacate.
