Más de un colombiano conoce la realidad que se está viviendo en el país con los líderes sociales, no es un secreto que desde que se firmó el acuerdo de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc han sido asesinadas aproximadamente 627 personas hasta el 2019, estos datos fueron dados a conocer por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) y las organizaciones Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular y Marcha Patriótica.
Y se sabe que la mayoría de los asesinatos corresponden a defensores relacionados con la tierra y el territorio con enfoques étnicos y poblacionales, tales como campesinos, indígenas, afrodescendientes y líderes comunales de zonas rurales donde encontramos dirigentes de cada comunidad y excombatientes que se acogieron a estos acuerdos firmados en la Habana.
De esas cifras, 92 eran mujeres y 535 hombres. El informe identificó que 142 pertenecían a comunidades indígenas, 55 eran afro descendientes y 245 campesinos ambientalistas comunales o impulsores Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos.
Los departamentos con mayor tasa de homicidios, según el reporte son: Cauca 119 , Antioquia , Nariño 64 , Valle del Cauca 53 , Norte de Santander 37 y Córdoba 32; con estas cifras nos damos cuenta de lo difícil que es ser un líder social en Colombia.
Para aquellos que oyen hablar de líderes sociales pero aún no saben lo que estos son vale la pena rescatar esta definición de la organización Somos Defensores: "Ser líder social en Colombia es una oportunidad de construir país y no quedarse como espectador. Es remangarse las mangas y trabajar por un país mejor y hacerlo real. Es un tejedor de voluntades".
Los líderes sociales se encargan de velar por el cumplimiento de los derechos humanos de las comunidades rurales olvidadas y promueven el desarrollo de las mismas; son conductores de paz y tejido social y luchan por la desigualdad que existe por culpa de las economías ilegales, la minería ilegal y el narcotráfico.
Estas personas sacan la cara por comunidades que están en el olvido, es por esto que estos defensores sociales los incentivan a participar para fortalecerlas y resolver estas problemáticas, sin embargo, vivimos en un país lleno de violencia y de odio, donde todos están dispuestos a hacer lo que sea por cumplir sus objetivos e imponer sus ideales, no obstante, todo esto ha llegado al extremo, tanto así, que en la actualidad se han visto casos fuertes de los asesinatos de los líderes sociales.
María del Pilar Hurtado es un ejemplo de esto, pues era una mujer desplazada que llegó al departamento de Córdoba junto con su esposo (quienes trabajaban en el reciclaje) y sus 4 hijos; esta mujer, que quería ayudar a su comunidad, se fue de este mundo dejando un hijo sin poder hacer nada más que llorar su muerte al momento de verla tendida en la calle de una manera muy denigrante, sin razón alguna; este suceso dejó a toda Colombia lastimada, sintiendo el dolor de ese niño que quedaría tan joven sin madre, por culpa de la ignorancia, la violencia, los conflictos de intereses y otros de los muchos conceptos que identifican nuestro país colombiano en la actualidad.
Deberíamos dejar de escondernos y asustarnos por hacer el bien, por ayudar a las personas que lo necesitan y querer hacer el cambio, por marcar la diferencia, por pensar diferente, por alzar nuestras voces, por exigir lo que merecemos, por no dejar vulnerar nuestros derechos, por participar activamente en las decisiones de nuestro país sin ningún tipo de corrupción y sin tener nada impuesto, pero no, no empecemos a soñar y a querer volar como pajaritos, vivimos en Colombia y esta es nuestra realidad; sin embargo, se luchará para intentar cambiarla hasta lograrlo.