No sé si es esa vieja maña de buscarle niguas a un martillo o simplemente es una corazonada muy nacida de nuestra malicia indígena la conclusión a la que he llegado luego de considerar someramente el asunto a continuación la enmarco.
El caso es que por obra y gracia de la lógica de reparación de daños recogida en los acuerdos de paz de La Habana, se pactó que aquellos partidos que perdieron su personería jurídica por muerte sicarial o en razón del conflicto de sus miembros o líderes, y que por tal razón perdieron sus personerías jurídicas con el paso del tiempo, deberían ser repuestas como resarcimiento al daño ocasionado.
Así pasó, aunque no estrictamente, con la vieja UP, hoy CHUP en el Consejo de Estado. Hace unos días pasó algo parecido, pero por fallo unánime de la Corte Constitucional, al ordenarles al propio Consejo de Estado y al Consejo Nacional Electoral (CNE) restituirle la personería jurídica al viejo partido el Nuevo Liberalismo, lograda esta antes de la Constitución del 91 y perdida en el tiempo a raíz del asesinato de su líder Luis Carlos Galán Sarmiento.
Los hijos y la esposa del inmolado Galán, ayer, hoy y mañana seguirán siendo víctimas por aquel horrendo crimen por obvias razones. No obstante, han sido jugosamente resarcidos por los gobiernos de Gaviria en adelante, con cargos diplomáticos, becas de estudio en el exterior, cargos públicos, contratos y demás canonjías que, además, les han dado premios electorales y los han enriquecido muy sustanciosamente.
Es lamentable que igual tratamiento de resarcimiento de daños no hayan recibido los miles de víctimas por los crímenes de Estado, paramilitarismo, narcotráfico, falsos positivos, asesinatos de líderes sociales y guerrilleros reinsertados, los desplazados, los perseguidos en éxodo por el mundo, etcétera, por razón también del conflicto.
Parece que en Colombia las víctimas están estratificadas, así como lo está la sociedad colombiana entera. Parece que, por ser de estrato 6, los Galán son mejor recompensados por los daños a raíz del vil asesinato de su padre, esposo, hermano y primo. Y lo paradójico es que no solo ellos han sido recompensados: familiares lejanos han sido directivos estatales, concejales, senadores por el mismo motivo, y hasta fiscal han tenido.
Por ello, lo de la restitución de la personería jurídica al NL es la cereza que le faltaba a ese pastel. Perdón, a esos pasteles tan bien adobados que, creo yo, en 30 años han recibido sin cesar la familia Galán de las arcas del Estado. Conste que no estoy criticando esa reposición de personería, pero sí es extraño que se haga hoy con principios y exigencias legales muy rigurosas (Art. 108 de la Carta) y diametralmente distintas a las que existían antes de la Constitución del 91 para acceder a las personerías jurídicas.
Pero me salgo del tema, las niguas que pretendo buscar están en esta pregunta que dejó como conclusión: ¿Pedirán los Galán participar como víctimas en elecciones, para acceder a algunas de las 16 curules que acaban de ser confirmadas para las víctimas del conflicto en el congreso?
Peores cosas se han visto.
