"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño" y aunque para nada somos personas religiosas, esta conocida frase bíblica sirve para introducir una idea que ronda por nuestra cabeza en estos días: ¿y si dejamos de quejarnos y decidimos proponer?
Durante los últimos años la ciudadanía ha logrado convertirse en un actor que aporta más que un voto. Prueba de esto es todo lo que se ha logrado en la discusión de normas que afectan Internet, como la ley Lleras en Colombia, o Sopa y Pipa en Estados Unidos, y otras similares por todo el mundo. Sin duda, estas manifestaciones han servido para defender la red y evitar que propuestas que no son acordes con su naturaleza se hagan realidad. Pero tal vez es hora de ir más allá. Es un buen momento para que los usuarios nos decidamos a crear un marco legal sobre cómo queremos que sea Internet.
Los ciudadanos hemos entregado la función de hacer las regulaciones que afectan la mayoría de nuestras vidas al Estado. En algunos casos ha salido bien y en otros no. Tenemos un Congreso en el que depositamos esa tarea. Querámoslo o no, de eso se trata la democracia representativa. De acuerdo a esto, se esperaría que estas personas tomen las decisiones que plasmen lo deseado por sus electores.
A pesar de su buena intención, este sistema suele colapsar, y quizás una de las plataformas que más nos ha permitido darnos cuenta de ello es Internet. La red es una nueva plaza pública que facilita la participación y la agrupación y hace ver cada vez más que sí es posible incidir. De esta forma surgen varios ejemplos de democracia participativa que van más allá de marcar un tarjetón. Hoy en día, se dice que con un tuit puedes iniciar una revolución y aunque exagerado es indudable que la participación por redes si está desempeñando un rol en el plano político.
Más allá de esta idea romántica de Internet hay otras realidades que no se pueden negar. Los derechos de autor, la necesidad de evitar la comisión de delitos y el deseo del Estado por estar atento de lo que pueda pasar en contra de sus intereses son algunos de los peligros que se manifiestan más y más con el paso de los días. La falta de una regulación clara ha sido una justificación para algunos atropellos y en algunos casos se convierte en la excusa para crear o proponer normas que afectan el libre desarrollo de la red y de paso la libertad de nosotros en ella.
Siguiendo estas ideas no nos parece descabellado que, en un mundo donde cada vez hay más interés de crear reglas para esta nueva plaza pública, los principales usuarios sean los que propongan las normas más allá de acatarlas. Esto ya se ha comenzado a hacer. Es normal vernos a nosotros, como parte del colectivo RedPaTodos*, en el Congreso presentando ideas y corriendo de una Cámara a otra para convencer a alguien de lo correcto o equivocado de su propuesta. Algo que no creíamos posible ni sabíamos como hacer.
En los últimos años hemos presentado artículos específicos para las leyes de derechos de autor, también conocidas como la saga de la Ley Lleras, hemos enviado intervenciones a la Corte Constitucional en el caso de las Ley Lleras 2 y exigido la discusión pública de la última, la Ley Lleras 4, con el Ministerio de Comercio. Más allá de estas, podemos seguir el ejemplo de la ley de acceso a la información, que en gran parte surgió de una propuesta de la alianza Más Información Más Derechos y también hay que recordar que, de las diferentes movilizaciones de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (Mane) surgió la idea, cada vez más tangible, de crear una regulación de la educación desde la comunidad. Además, hacer este tipo de incidencia no se trata de una invención completamente fuera de lo común. Después de todo, la actual Constitución Colombiana surgió de una iniciativa ciudadana, con un grupo de personas que decidieron que era hora de cambiar las reglas del juego.
Siguiendo el ejercicio y con la idea de cada vez participar con más fuerza, creemos que es hora de que la ciudadanía presente su propuesta de proyecto de ley que regule Internet. No podemos seguir reaccionando a las agresiones de los diferentes intereses, legítimos o no, que buscan reducir el alcance de Internet. Siguiendo otra máxima popular: La mejor defensa es un buen ataque.
Un ejemplo de esto que les estamos contando está ocurriendo en este momento en Brasil. En ese país se está discutiendo el "Marco Civil da Internet", iniciativa legislativa que surge de un esfuerzo entre academia, Estado y sociedad civil. En un ejercicio muy interesante, se hicieron consultas virtuales a nivel nacional sobre cómo debía regularse Internet. Las ideas fueron condensadas y llevaron a lo que hoy en día se debate en el Congreso.
Pasar de la queja a la propuesta es un derecho y un ejercicio efectivo de incidencia política. Los tiempos de pelear por ser escuchado ya pasaron. Ahora que podemos tomar el micrófono es el momento de decir algo y que valga la pena. La ciudadanía no es un niño que se queja. Son adultos con ideas y conocimiento que se deben tener en cuenta para la construcción de una mejor sociedad. ¿Lo hacemos?
@mapisaro
*RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.
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