En clave de ironía los estudiantes de París del 68 coreaban consignas contra una sociedad llena de engaños, un mundo manejado por la política y el consumo. Decían, por ejemplo: “Seamos realistas, pidamos lo imposible” o aquella consigna que cae como anillo al dedo a nuestros omnipresentes políticos: “Que se acaben las realidades, queremos más promesas”.
Bueno pues aquí estamos cumpliendo a cabalidad esa exigencia de los soñadores de aquel entonces. Pocas realidades pero muchas promesas es lo que escuchamos en las actuales campañas presidenciales. Tanto que si se cumpliera siquiera un 10 % de lo que nos dicen los y las candidatas estaríamos muy cerca del paraíso.
Es por esa razón que en época electoral resulta hasta peligroso sentarse frente al televisor, puede uno toparse con algún mensaje de esos llamados “publicidad política pagada” y caer fulminado por una promesa.
En estas semanas me topé de frente con el candidato Óscar Iván Zuluaga en mi televisor. Gracias a Dios al final del mensaje o spot publicitario lo identifican con nombre y apellido, pues de lo contrario me habría quedado con la idea de que el mismísimo hijo de Herman Munster, se había inscrito como candidato presidencial en Colombia. Y para que no quede ninguna duda el mensaje termina asegurando que Oscar Iván está del “lado de los colombianos”.
Aclarada la posible confusión en la que resultaba fácil caer porque el hijo de un monstruo sería el indicado para manejar un país tan monstruoso, supe que el papá de Óscar Iván realmente es Álvaro Uribe y no Herman el glamuroso vampiro. Sin embargo no dejó de asustarme lo que dijo.
Con cara de total inocencia Óscar Iván repitió lo que algún publicista debió pensar que era una promesa sublime y bien sustentada. Aseguró que como él había sido ministro de Hacienda, sabía muy bien dónde conseguir la plata para la educación y en su gobierno no iba a faltar un peso para ofrecerla de calidad y gratuita a todo el mundo. No se si esas fueron sus palabras textuales pero ese fue el sentido del mensaje y finalizó con una expresión más parecida a una mueca que a una sonrisa.
Como no estaba yo en modo de crítica dejé pasar el spot sin mayor análisis, pero después llegó la información sobre nuestro pésimo desempeño en las pruebas Saber y ahí si el mensaje de Óscar Iván me retumbó en la cabeza como una campanada de alerta. Es que los candidatos parecen repetir cualquier estupidez que les preparen, sin el menor pudor.
¿Cómo así que siendo ministro de Hacienda sabía dónde estaba la platica? Y, ¿por qué no la usó en ese entonces para ofrecer formación gratuita, universal y sobre todo de Calidad? ¿Por qué como ministro de Hacienda la mayor tajada se la dio a la guerra y no a la educación o la salud que pedíamos a gritos en Colombia?
Es decir, Óscar Iván sale con cara de palo a reconocer en prime time que habiendo podido buscar plata para la educación, no lo hizo. Y pretende que la gente le crea que ahora si lo hará.
Podrá decir en su defensa que él no era presidente, que era apenas un ministro…. Es cierto, pero resulta que el presidente, su jefe Álvaro Uribe Vélez, sigue siendo su jefe hoy y lo seguirá siendo si llegara a la Presidencia.
Así son las campañas, ¡una sarta de mentiras!, promesas que nunca se volverán realidades. Santos, para no ir más lejos, pide cuatro años más para completar lo que no hizo. Por favor señores publicistas, no les inventen frases vacías y mentirosas como el eslogan de Óscar Iván asegurando que “Está del lado de los colombianos” cuando todos sabemos que está es del lado de Álvaro y sus muchachos.
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