De la venta de humo
Opinión

De la venta de humo

Un suicidio a traición

Por:
junio 05, 2014
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Y como era de esperarse… en el ‘todo vale’, ahora las llamadas coaliciones o, jocosamente adhesiones[1], nos arrastran a que, por capturar votos se haga lo que sea, así se esté en contra del propio pensamiento por tiempos exhibido.

Sin pereza: del rechazo total a las conversaciones de La Habana con la guerrilla, se pasa por cuenta, supuestamente, de la “alianza” —otra expresión que de angelical, para estos efectos, no se le asemeja ni por vecino a su acepción lógica; salvo que sea la unión de cosas para un mismo fin; y, allí sí que el fin justifica los medios—con el Partido Conservador que dice ser el partido de la paz, se pasa, miren ustedes, de una suspensión del ejercicio realizado por la paz, a una puesta a prueba sobre el proceso en general, sin importar el estado de cosas y, sin que sea posible saber cuál el propósito de esa puesta a prueba; todo vale; vale por ejemplo inmiscuir a los ‘no deliberantes’, miembros de la fuerza pública —a sus familias— en el debate electoral, alegando mejoramiento de condiciones salariales, de una parte y, de otra, mediando la amenaza de que van a entregar —los de la reelección— su poder y estatus a un ‘Ministerio’ con la dirección de desmovilizados, es decir, que la guerra la gana quien detente ese poder y, al no continuar en las huestes castrenses institucionales; entonces se envía el mensaje según el cual a punta de diálogo se perdió la guerra para la institucionalidad. ¡Qué lógica tan interesante!

Se alega el mejorar las condiciones laborales de la fuerza pública, cuando ello depende del estado de la economía y, no de la mera liberalidad; obvio, que así debería ser, en país de paz, con mayor razón y razonablemente, desde las herramientas económicas. ¿Acaso el posconflicto acaba con la fuerza pública? Impensable, su existencia no depende del conflicto, sino de la necesidad de administrar, allí, la paz.

Se busca dividir a la opinión, a esa franja de opinión que, sin ser deliberante, tienen familias que sí lo son y, tienen derecho a opinar. Es, por supuesto, la contaminación de la población civil, en temas que corresponden al conflicto. Y, ¿qué decir del planteamiento de la entrega del poder? Ello sí no amerita ni una frase; ¿a quién se le ocurre que sea posible la entrega de la seguridad del Estado al contendiente aún antes de culminar las pláticas de paz? Alucinante, en una palabra. Y, a renglón seguido se ofrece el argumento de cierre: en Colombia no hay conflicto, sino terrorismo. Como para sentarse a llorar. El aceptar la existencia de conflicto armado o, técnicamente, conflicto no internacional, no es un estatus que se delibere y se apruebe o impruebe; en el estándar internacional existe o no existe, por los hechos observables. Nada qué hacer, solo poner de presente que bajo tal planteamiento, dejan de ser vigentes las leyes de protección a las víctimas y, por supuesto, la de tierras que es el centro de gravedad del conflicto.

Estamos en un galimatías[2], nadie puede explicar el estado de cosas que están sucediendo. Pero me gustaría, Señoras y Señores, poner la dimensión correcta del fenómeno: nos encontramos ante la venta de humo.

Se ha demostrado plenamente que, de una parte, la reelección es funesta; así como también, la ausencia de partidos políticos que asientan la democracia. Sin embargo, mientras ella no se elimine y los partidos no sean conscientes de su papel, debemos pensar que en el medio, se llegará al día ‘D’ que ojalá sea la ‘D’ de democracia y no la ‘D’ de dictadura. Recuerdo en chascarrillo que refiere a que se encontraron dos perforaciones en la espalda de un sujeto; nadie responde; a nadie le interesa; pero la fuerza de desconcierto diagnostica: Todo un suicidio a traición. ¿Nos pasará? Repito, lo que está en juego es la supervivencia democrática.

PD: Lo que ha permitido un remanso: Nairo, nuestro boyacense que elevó a Colombia al sitial que merece.

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[1](Del lat. adhaerēre).1. tr. Pegar algo a otra cosa.(…). 2. intr. Dicho de una cosa: Pegarse con otra. U. m. c. prnl. (…).http://lema.rae.es/drae/?val=adherir. Real Academia Española

[2](Del fr. galimatias, discurso o escrito embrollado, y este del gr. κατὰ Ματθαῖον, según Mateo, por la manera en que este evangelista describe la genealogía que figura al comienzo de su Evangelio).1. m. coloq. Lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas.2. m. coloq. Confusión, desorden, lío.http://lema.rae.es/drae/?val=galimat%C3%ADasReal Academia Española

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