Junio es el mes del campesino, una fecha que sirve para reconocer su labor como productores de alimentos y también para hacer conciencia sobre las dificultades del oficio de estos guardianes de la tierra y las semillas.
“Hoy estamos homenajeando a los campesinos no sólo de Bogotá sino de la región central del país, es decir, los campesinos de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Tolima quienes abastecen a la ciudad de Bogotá en un 80%”, explicó Luis Alejandro Páez, director de Economía Rural y Abastecimiento Alimentario de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico.
Por eso, programas como los Mercados Campesinos favorecen de manera considerable a los labriegos, que pueden ofrecer directamente a los compradores finales sus hortalizas, plantas medicinales, frutas, lácteos, amasijos, entre otros, sin necesidad de intermediarios.
“La ventaja de los Mercados Campesinos es evitar uno de los tantos flagelos que nos azota: la intermediación”, comentó Alfredo Pardo, campesino.
Con la ayuda de la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias y otras entidades brindan una salida económica a aquellos que, a pala y machete extraen de la tierra el alimento de los colombianos.
“Nos abre el campo para vender nuestro producto, para darnos a conocer como marca y abrir mercados de manera natural”, destacó Alejandra Molina, agricultora.
El campo y sus labriegos son quienes mantienen con vida a las capitales, su labor es fundamental para el desarrollo de las grandes urbes. Por eso, quienes llegan a estas plazas a comprar alimentos frescos y de excelente calidad, agradecen su trabajo.
El más reciente mercado se realizó en la Plaza de Bolívar, lugar al que asistieron más de 400 productores, que han vendido aproximadamente 10.000 millones de pesos ($7.331 millones en ventas presenciales. $1.858 millones en ventas digitales), lo que representa 765.062 toneladas de alimentos vendidos.