El pasado mes de julio no solo cumplió 60 años el comandante Hugo Chávez, también se conmemoraron 231 años del natalicio de nuestro libertador Simón Bolívar, y siguiendo con la labor histórica de nuestra Independencia y de la construcción de la patria grande, se llevó a cabo el III Congreso del Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV). Debo decir con orgullo que tuve la oportunidad de participar en tan importante evento, no solo para Venezuela, sino para Latinoamérica en su conjunto. Allí, al calor de cientos de mujeres y de hombres, se sintió el latir del gran corazón de nuestro entrañable comandante que guió los debates, las discusiones y deliberaciones que tuvieron lugar.
En estos momentos en que los intentos del gran capital de desestabilizar el proceso de la Revolución Bolivariana toman tanto auge a nivel internacional, al mismo tiempo que crece una gran marea de desinformaciones y difamaciones, el pueblo venezolano se alza en la lucha por defender el proceso, que no solo le pertenece al gobierno, sino que desde que nació le pertenece a él, como motor fundamental de cambio. Prueba de ello fueron todas las expresiones y deseos que se hicieron sentir en el III Congreso del PSUV, en el que pude escuchar y sentir con mucha alegría que el legado de nuestro Libertador y de Chávez sigue vigente y vivo, porque el pueblo venezolano aún continua con las banderas de lucha, batalla y victoria que nuestros antecesores habían conquistado.
El III Congreso del PSUV no comenzó apenas en julio, sino que fue un proceso que empezó en enero de 2014 con discusiones llevadas a cabo por las bases del partido en todo el territorio venezolano. Discusiones que se fueron decantando hasta llegar a las decisiones tomadas en plenaria el 26 de julio, con el trasfondo de profundizar la Revolución Bolivariana; para ello toda la militancia reconoció que no ha sido ni será fácil continuar con el proceso, pero que jamás desfallecerá, ni dará su brazo a torcer, sino que dará todo para superar las contradicciones que se vienen presentando.
Hombres y mujeres de todos los rincones de la hermana república dejaron sentado su compromiso de seguir aportando y ayudando, desde todos los frentes de las bases del PSUV, a la ejecución del Plan de la Patria, que significa el Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación que traza la ruta estratégica de la transición al socialismo bolivariano del siglo XXI; etapa que hoy más que nunca es de vital importancia para poder hacer un alto en el camino y así poder conocer las fallas, los desaciertos y aciertos que hasta ahora se han presentado en el difícil camino de la revolución.
La transición como uno de los periodos más difíciles de cualquier proceso revolucionario, no solo toma mucho tiempo, sino que requiere de un plan riguroso que pueda destruir los cimientos de la sociedad capitalista, para construir una sociedad socialista en la que las bases políticas, económicas y sociales vayan de la mano para brindar mejores condiciones a los seres humanos. Es por eso que el plan de la Patria puede seguir constituyendo la gestación de la nueva sociedad en Venezuela, a pesar de las dificultades impuestas por quienes se empeñan en continuar forjando el modelo paquidérmico de exclusión.
Me queda la alegría de poder ser testigo del proceso de la Revolución Bolivariana y me queda la convicción de que habrá socialismo bolivariano del siglo XXI por mucho tiempo.