Conocer los territorios y sus particularidades debería ser lo más elemental en el arte del gobierno, eso permite el análisis de los elementos peculiares y el establecimiento de un enfoque territorial, con el cual se posibilita la formulación e implementación de estrategias apropiadas a los diversos contextos del país.
Pues bien, el gobierno de Iván Duque está desconectado de las regiones, no conoce las particularidades territoriales. Lo anterior se ve reflejado en las orientaciones expedidas en la Directiva Presidencial No. 2 del 12 de marzo 2020 y luego en la Directiva N° 06 del Ministerio de Educación, en las que promueven la virtualización como la gran solución para la educación en medio de crisis originada por el COVID-19.
Teniendo en cuenta el comportamiento de la matrícula total en la evaluación que hace el SNIES y MEN por metodología entre los años 2010 y 2016, la matrículas a distancia y virtual en Colombia disminuyen, pero aumenta la presencial en las zonas con tipo de ruralidad dispersa. En las zonas rurales en general la metodología presencial duplica la virtual. Lo anterior podría obedecer a la falta de cobertura de internet en el campo y el poco acceso a tecnologías.
Las universidades y las IES en su conjunto están haciendo un gran esfuerzo por desarrollar el contenido académico, pero sin tener presente los problemas que tiene gran parte del sector estudiantil.
Un sector significativo de la comunidad estudiantil reside en zonas rurales, algunos en un tipo de ruralidad dispersa, donde no tienen acceso a internet o a tecnologías, en el caso de tener herramientas tecnológicas, pueden ser insuficientes en la mayoría de los casos. Esas condiciones están obligando a que estudiantes de educación superior salgan a exponerse al tratar de conectarse a una clase virtual o para realizar un trabajo académico. Es necesario resaltar que los programas presenciales no estaban preparados para un cambio brusco de metodología.
El desempleo que originó el estado de emergencia sanitaria y las medidas implementadas como intento de contención del COVID-19, también afectaron al sector estudiantil. Estudiantes que dependen del trabajo diario tienen en este momento como prioridad la alimentación y la prevención.
Los directivos de las IES se limitan a cumplir la línea de gobierno sin manifestar los grandes inconvenientes de las dinámicas, dicho de forma coloquial "a lo sálvese quien pueda", consintiendo un acceso desigual a la educación, agudizado por la crisis pero que no se puede legitimar desde un optimismo poco objetivo.
Algunos profesores y profesoras, transitaron de los argumentos objetivos a planteamientos que se reducen a la persuasión por razón vertical. Es más importante para un sector amplio de educadores y educadoras cumplir orientación que hacer lo correcto desde la realidad y necesidad estudiantil, en consecuencia han dejado solo al estamento estudiantil en sus reivindicaciones, por no ser de interés docente.
El debate ahora debe girar al rededor de la suspensión de semestre académico, contemplado todas las alternativas que permitan establecer esta medida con la que se garantiza la calidad académica, la salud y el bienestar general de toda la comunidad universitaria.