La responsabilidad por el avance y la victoria del uribismo, recae en tres partidos y sus candidatos, quienes por un tonto ego, no logran conformar una alianza y dividen el electorado.
Una coalición es una urgencia nacional y la única forma de aumentar la popularidad de De la Calle y la pérdida por Fajardo, es ponerlos de nuevo en el ojo nacional, en el centro de la noticia, mediante una alianza. Resultó bastante caro para la coalición por Colombia no ir a consulta, por decisión de Fajardo, y para el partido liberal, realizarlas el año pasado. Con una alianza, se ponen de nuevo en el espectro público, lo que puede significar ganancia de adeptos.
Las campañas de Fajardo y Humberto, consideran que por sí solos, pueden pasar a una segunda vuelta, pues, al igual que todos los candidatos, cuentan con 8 millones de votos que participaron en las elecciones al congreso, mas no de las consultas. De esos 8 millones, ante la apatía por las presidenciales, solo un porcentaje participará y aun suponiendo que voten por el centro, se dividirá entre los dos candidatos; eso, sin tener en cuenta, que habemos electores que ante la división del centro, preferimos votar por Petro, aunque nos parezca oportunista y extremo, para no desechar el voto en dos candidatos, que sin unión, están perdidos.
Es más, la necesidad de una alianza resulta imperativa para pasar a una segunda vuelta, pero para ganar las presidenciales, será vital recibir el apoyo de Petro, que aunque se teme reste votos, con una participación en el futuro gobierno, puede sumarlos.
La derecha se está agrupando, su electorado es juicioso y se convierte en un peligro. La dificultad actual de Vargas, que esperaba que su fórmula vicepresidencial fuera provisional, al creer que recibiría el apoyo de los conservadores, fue un error, el conservatismo prefirió apoyar una alianza que nunca se solicitó, pero que desde siempre se conocía su pertenencia a ella. A contrarreloj, Vargas Lleras intenta sumar votos con Pinzón, pero seguramente no le alcanzará para una segunda vuelta y ya se prevén apoyos a la campaña uribista.
La campaña presidencial de Cambio Radical se encuentra sin apoyos, la maquinaria no funcionó y es incierta su esperanza de recibir el apoyo de diferentes sectores dentro del senado. Parte del liberalismo, dividido por Cristo y Gaviria, preferirán seguir a Duque, asegurando su participación en el gobierno. Lo mismo sucede con el partido de la U, pues aun cuando Roy afirme "mi candidato es Sergio de la Calle", ya fue visto reunido con Carlos Holmes Trujillo, planeando un posible apoyo. Así, a Vargas no le quedará otra opción que desistir de su aspiración presidencial y apoyar a Uribe, a quien se sumará también Viviane Morales, porque no tiene la mínima posibilidad de llegar a la Casa de Nariño.
La división interna del partido liberal, es el otro problema de la candidatura de De la Calle, su principal problema es la sombra de Gaviria. Cristo tiene razón en ello, el principal obstáculo de la candidatura liberal para llegar a la presidencia, es el expresidente, que no tiene nada claro y solo produce luchas internas al interior liberal. Gaviria apoyó a Santos en favor de puestos, recientemente se opuso y criticó las políticas del actual gobierno, pretendiendo construir puentes hacia el Uribismo.
De la Calle merece más apoyo que el incipiente partido liberal. Sus contribuciones a la patria no pueden compararse con la carrera administrativa de Fajardo. Su visión del país es clara, una constituyente y un proceso de paz, lo hacen más que adecuado para ocupar la dirección del país. Fajardo asusta por su tibieza y porque, en ocasiones, parece que es Claudia López, la verdadera candidata, algo que molesta inmensamente al Polo Democrático que decide si ir con Petro (al igual que algunos verdes). De allí la diatriba de Mockus, a quien se le nota la preferencia por el candidato liberal, pero que debe declararse imparcial y neutro por coherencia con su partido.
El panorama es complicado e incierto, restan casi dos meses para la primera vuelta y si una alianza no es definida en los próximos días, el país está perdido. La solución no es la individualidad, tampoco exagerar, como todos, en un discurso divisorio, de elegir el centro entre una izquierda y una derecha perversa. La clave es llegar a propuestas y acuerdos consolidados entre ambos partidos. De la Calle, Fajardo, salven ustedes la patria.