De la Calle, el estadista que no levanta cabeza

De la Calle, el estadista que no levanta cabeza

El candidato liberal no despega en las encuestas y cuando se pregunta por su aspiración presidencial es común escuchar: “Es un buen candidato, pero no va a ganar”

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
febrero 26, 2018
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De la Calle, el estadista que no levanta cabeza
Foto: Twitter @DeLaCalleHum

Desde hace algunas semanas he tratado de responder la siguiente pregunta: ¿por qué De la Calle no despega en las encuestas? Parece como si la aspiración del “arquitecto de la paz” se hubiera estancado desde su victoria en la consulta liberal. Siento que a De la Calle le está pasando lo mismo que a Fajardo con las bases de la Coalición Colombia: muchos jóvenes que hace pocas semanas estaban entusiastas con su aspiración (distantes a las estructuras políticas del liberalismo) han migrado a otras campañas, especialmente la petrista. Esa solo puede ser una variable para entender por qué la aspiración de un hombre respetado por candidatos de todo el espectro ideológico, con la experiencia y trayectoria para gobernar el país, al punto de ser considerado un hombre de Estado, se encuentra en un nivel de estancamiento que ha desembocado en un cliché frecuente: “Es un buen candidato, pero no va a ganar”.

Mi análisis en el siguiente:

  • El aval del Partido Liberal: creo que De la Calle la pensó bastante para asumirse como candidato del liberalismo y posiblemente muchos de sus asesores le recomendaron que se fuera por firmas. Aprovechando su protagonismo en las semanas del posplebiscito De la Calle logró conectarse con sectores sociales y juveniles en todo el país convirtiéndose en un presidenciable de opinión. Sin embargo, al empeñarse en obtener el aval del liberalismo y someter su aspiración a una consulta que no despertó mayor emoción, solo logró una victoria pírrica, perdiendo respaldos ciudadanos y de opinión importantes. La posterior pugna entre Juan Fernando Cristo y César Gaviria por la forma como se hizo esa consulta evidenció fuertes fisuras en las toldas rojas, lo que poco favoreció en la imagen del recién elegido candidato presidencial. Algunos ya ven a De la Calle como el candidato que responde a los intereses de Gaviria (el padre de la Ley 100). No es lo mismo De la Calle de opinión que De la Calle candidato del Partido Liberal. No solo es una cuestión de apreciación en las formas.
  • Un discurso monotemático: Tras la debacle del plebiscito De la Calle se convirtió en el vocero de una parte del país que clamaba por la renegociación. Su papel fue excepcional y admirable. Se asumió como el auténtico artífice del acuerdo e inició una impresionante campaña de pedagogía. Sin embargo, ver al país solo a través del lente del acuerdo le ha pasado factura; un ejemplo de ello es su eslogan de campaña “La paz en marcha”, una idea que a todas luces concentra todo su planteamiento programático en un tema con fuerte olor a santismo poco emocionante en el actual debate electoral. Solo hasta hace muy poco empezó a dinamizar su discurso e incluir otros temas que necesitan ser abordados en el debate público nacional. De la Calle ha sido protagonista de la realidad del país en los últimos 25 años y es necesario que asuma una posición firme sobre el sistema de salud (creado en el Gobierno en el cual fue ministro), educación superior, pensiones… en eso otros candidatos no tan experimentados le llevan cierta ventaja.
  • Polarización, santismo y coalición: Resulta muy particular que la amenaza del fantasma castrochavista se haya encarnado en Petro y no en De la Calle. Aunque Vargas Lleras haya tildado la alianza De la Calle – Clara López como de “extrema izquierda”, sus dardos cuando hace referencia al temor de una “segunda Venezuela” siempre van enfilados contra Petro. Asimismo, De la Calle es percibido como el candidato de Santos (grave error, solo mírese la participación de Cambio Radical en la burocracia estatal, así podrán identificar el candidato de Santos) y en un ambiente donde se exigen posiciones radicales su admirable decencia le resulta jugando en contra. Otro factor que considero jugó en contra del exjefe negociador fue su insistencia en una coalición con Fajardo, se comprende y comparto su posición sobre la importancia de una gran coalición antes de la primera vuelta, pero ante la negativa arrogante de Fajardo a De la Calle se le vio algo suplicante. Hombre, ¿entonces para qué nos metiste en una consulta para elegirte si al final solo estabas interesado en una coalición con Fajardo?

De la Calle no está hundido. Todavía faltan meses cruciales y determinantes para que su campaña pueda lograr el punto de equilibrio que lo convierta en un candidato con posibilidades. Luego del 11 marzo se mide el primer pulso, si los resultados del liberalismo en las legislativas son destacables y toda esa estructura rodea a su único candidato (y no a Vargas como se anticipa en algunos sectores) esa circunstancia podría darle un viraje a su posición e impulsarlo en las encuestas. Los resultados de las otras consultas, listados y candidatos también podrían jugar a su favor. Tal vez el momentum de De la Calle no ha llegado y el estadista pueda levantar cabeza. Si la levanta, muchos la tendrán que agachar.

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