Es cierto que el problema del agua en Santa Marta se agudizó de lo que tenía planificado Metroagua y el alcalde Caicedo. Pero también es cierto que el problema viene de tiempo atrás por la misma negligencia administrativa con que se ha manejado los problemas potenciales en la ciudad. El suministro y distribución del agua en la ciudad ha estado sujeta a una concesión que tiene como premisa fundamental el recaudo y no la inversión definitiva de un recurso que les garantice a los ciudadanos el bienestar de gozar del servicio y prestación continua del mínimo vital de agua potable.
Al decretar la calamidad pública al igual como se está haciendo en Casanare es cuando debe entrar Contraloría distrital y Fiscalía para determinar en conjunto responsabilidades de los 5 anteriores alcaldes por negligencia hacia una problemática que siempre ha afectado a la ciudad y que por obvias razones climáticas se ha empeorado y queda al desnudo que no había planes de mitigación efectivos para contrarrestar dicha problemática. La Fiscalía debe determinar quiénes son los peces gordos que se han robado el agua por tanto tiempo y no es de ahora como aseguran en el informe de la calamidad, porque esto no lo hacen unos ciudadanos con unas cuantas pimpinas que venden en burro. Con la calamidad se soltó la cacería de brujas y se verá a la policía correteando pimpineros de agua, amas de casa peliando la manguera o el balde con que quiere regar sus matas y a los desempleados que se rebuscan lavando carros ilegalmente porque los centros de lavado que están en toda la Avenida del Libertador y del Río esos pagan impuestos y no hay que hacerles tanto control, mientras tanto dónde están los responsables, el ex gerente de Metroagua Londoño está en otra ciudad con un cargo mejor lo que equivale a unas ganancias mayores, el ex alcalde Juan Pablo Diazgranados tal vez trabajando en el liderazgo de la campaña de reelección del presidente Santos, Chico Zúñiga, Jaime Solano guardando silencio cómplice y la actual administración dando palos de ciegos sobre un tema que se han dilatado por mucho tiempo y en otras calamidades, donde ha quedado claro que si no disponemos de fuentes hídricas lo recomendado es un sistema de reservorio que permita mantener el suministro de agua necesario para abastecer a una ciudad, ejemplos hay para contar como en el departamento de la Guajira que se abastecen de fuentes hídricas de la Sierra Nevada. Valledupar no está pasando por estas afujías y ni qué decir de Barranquilla y Cartagena, pero eso sí tenía que ser Santa Marta una de las ciudades más cercanas a la Sierra, ¡qué vergüenza! Aquí se debe decretar es la calamidad política.
Como el que está bajo el techo es quien sabe dónde cae la gotera los que están padeciendo del suministro del agua viven la odisea de rebuscar gotas del líquido y es comprensible que por muy buena voluntad que se tenga para aminorar la problemática los 25 carrotanques con que cuenta la empresa Metroagua y el distrito no darán abastos si con los días la situación empeora. Lo de las barcazas para traer agua de Barranquilla y comprarse a la Triple A es una propuesta que no tiene ni pie ni cola, es algo como un chiste negro que cae tan mal cuando se dice en mal tiempo. No se escucha a los líderes con sus propuestas, se desecha las recomendaciones que por años algunos expertos han diseñados y se contrata nuevos estudios por una millonada y la factura de Metroagua no está embolatada porque lo que no hay que pagar es el servicio adicional de los carrotanques que lo va asumir la Alcaldía, y entonces, ¿qué pone Metroagua en toda esta crisis? Porque los samarios siguen poniendo la paciencia.
La calamidad política que padece Santa Marta se ve reflejada en el accionar de sus representantes, los parlamentarios actuales y elegidos no se escuchan sus propuestas, son una isla a parte. Los concejales y diputados viven en su propio laberinto, el gobernador y el alcalde ni se hablan para determinar en una sola voz una salida a la crisis, mientras el gobernador presenta su propuesta de 73 mil millones para una planta de tratamiento ¿y de dónde sacará el agua? Tal vez cuando construya la Vía de la Prosperidad traerá el agua del Río Magdalena porque como se piensa en grande. . ., y el alcalde Caicedo se cimienta en la evaluación previa de la Universidad de los Andes con un estudio de 595 millones.
Lo anterior evidencia que plata si hay, agua también, nos falta un poco de voluntad y unión de parte de nuestros políticos donde vivimos en una tierra de ciegos donde los únicos que sienten los problemas son los ciudadanos mientras los políticos viven en sus peleas.
De la calamidad pública a la política
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