En tiempos como los nuestros, donde la información y muchas veces la desinformación están a la orden del día —formando un tándem peligroso y fácil de aceptar si esta última se suma a la paranoia, a la lluvia constante de cifras que suben y bajan, y a aquellas pseudoteorías que hablan de estrategias de reducción y control poblacional—, cabe preguntarse, con el debido respeto y salvando las diferencias entre la gripe española (que por cierto nada tiene de española, sino más bien estadounidense) y el COVID-19 (que acecha cual monstruo insaciable), qué tan cierto es que estemos atravesando por un estado de pandemia, tal como lo ha declarado la OMS y lo han asumido muchos gobiernos a nivel mundial.
No pretendo casarme con una u otra posibilidad ni forzar su punto de vista, solo invitar a la reflexión, el análisis profundo y a la toma de postura responsable y sensata.
En cifras:
Gripe española (para nada española)
- En 1918, el planeta tenía cerca de 1'825.000.000 de habitantes.
- Entre 800 y 1000 millones de personas la padecieron, o sea entre un 43,8 y un 54,8%.
- De estas, entre 40 y 50 millones murieron por su causa. Es decir, entre un 2,19 y un 2.73% de la población mundial.
En Colombia, las mayoría de muertes indagadas y con datos más fidedignos por esta enfermedad (principalmente entre Bogotá y Boyacá) rondaron entre las 2800 y 3200, es decir, un 0,007% del total de fallecidos a nivel mundial de aquel entonces.
COVID-19
- A 2020, el planeta tiene cerca de 7'795.000.000 de habitantes.
- A hoy, entre 3 y 3.5 millones de personas la padecen, o sea entre un 0,3 y un 0,04%.
- De estas, entre 250 y 255.000 han muerto por su causa. Es decir, un 0,003 % de la población mundial.
Muertes por enfermedades respiratorias entre 2017 y 2019, incluida la gripe estacional
Total, según la OMS: de 250.000 a 500.000 por año.
Ahora bien, si trasladamos los datos del COVID-19 de 2020 a 1918, sería:
- 1'825.000.000 habitantes.
- De 3 a 3.500.000 contagiados. Es decir, entre el 0,16 y el 0.19% de la población.
- De 250 a 255.000 muertos. Es decir, un 0,001%, muy, muy lejos de los datos de aquel entonces (entre un 43,8 y un 54,8%).
Dejando de lado los números, vale mencionar que incluso, cuando las diferencias entre 1918 y 2020 en cuanto a sistemas de salud e higiene son abismales (si bien en muchos de nuestros países tercermundistas y uno que otro “desarrollado” pese a las muchas mejoras que se destacan y las falencias que persisten en estos dos aspectos), y evitando caer en tonterías conspiracioncitas, datos rebuscados, argumentos apocalípticos de un “nuevo orden”, alimentados por la fantasía, la necesidad de respuestas de cualquier tipo y en algunas ocasiones la misma desinformación promovida por algunos medios e incluso gobiernos, cabe preguntarse:
- ¿Da acaso para decir que hay pandemia?
- ¿Qué hay realmente detrás del decretar una pandemia cuando los datos numéricos no dan para tanto?
- ¿No será que toda esta situación se puede controlar con un poco de más educación, sentido común y autocuidado responsable, en vez de llevar a la población a permanecer en un estado de paranoia constante, alimentado por las cifras que día a día se revelan, como si no hubiera nada más que sucediera en el mundo y para no ir tan lejos, en nuestro país?
Ahí dejo para la reflexión…
Fuentes:
CDC - Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Estados Unidos.
OEI - Organización de Estados Iberoamericanos.
OMS - Organización Mundial de la Salud.