Los grandes escritores suelen sublimar frustraciones y represiones en sus trabajos literarios y artísticos. Jane Sullivan, tan bella como sus historias de terror, comentó en sus Reflexiones Solitarias: Desde Cervantes, pasando por E.E. Cummings, los escritores produjeron lo mejor de su repertorio en la cárcel: Jean Genet, Voltaire, John Bunyan, o Sir Thomas More, fueron presos religiosos o políticos”.
Recuerdo en mis conversaciones con Armando Cerón Castillo a François Villon (1431-1463), padre de los poetas malditos, quien logró escapar de una condena a muerte escribiendo su Balada de los Ahorcados:
“La pluye nous a débuez et lavez,
Et le soleil desséchez et noirciz:
Pies, corbeaulx nous ont les yeulx cavez
Et arraché la barbe et les sourciz.
Jamais nul temps nous ne sommes assis
Puis ca, puis là, comme le vent varie,
A son plaisir sans cesser nous charie,
Plus becquetez d'oiseaulx que dez à couldre.
Ne soyez donc de nostre confrarie;
Mais priez Dieu que tous nous vueille absouldre!”
Ver traducción:
http://poemasenfrances.blogspot.com/2004/05/franois-villon-la-ballade-des-pendus.html
Anna Funder, muy hermosa novelista australiana, escribió en la cárcel “All That I Am” (“Todo lo que soy”), obra compuesta por cuatro actos y un libro de poemas premiados.
Boethius quien fuera tratado acremente durante su encierro, escribió su Consolation of Philosophy, magnífica obra medieval, que planteó el renacimiento del cristianismo o “ese platonismo pobre” como lo llamó Nietzsche.
Fiódor Dostoyevski también fue encarcelado y torturado en Siberia, sin lo que no hubiera podido escribir su notable obra Crimen y Castigo.
Alexandr Solzhenitsyn analizó las labores de los prisioneros de Kazakhstan para dar origen a Un día en la vida de Iván Denísovich.
Oscar Wilde, cuya condena por homosexual avergüenza hoy al pueblo inglés, escribe en su injusto castigo “De Profundis” y “The Ballad of Reading Gaol” para su amado Bosie. Se sacó el clavo con esta frase inmortal para una condena sempiternamente inmoral: “Los ingleses tienen 3 cosas de las que mostrarse orgullosos: El té, el whisky y un escritor como yo. Pero resulta que el té es chino; el whisky, escocés; y yo soy irlandés.”
Miguel Hernández, valiente poeta español, fue condenado por un tribunal de guerra en el régimen franquista, lo que motiva el Canto General condenatorio del chileno Pablo Neruda y la respuesta más fascista que humanista del astorgano Leopoldo Panero Torbado, su Canto Personal, que lo consolidó lamentablemente como vate oficial del franquismo y lo arruinó para la memoria universal como sonetista sensible y notable místico.
De los colombianos, Álvaro Mutis y Ángel Sierra Basto, también estuvieron en la cárcel. Mutis por malversar fondos y Sierra por echar vivas en un pueblo de godos al partido Liberal. El poeta beat William Burroughs, lo estuvo en México, dicen que tras un viaje de peyote; Jim Morrison, cantante de Los Doors y vate del ácido, en Estados Unidos por conducta violenta y viajar borracho en un avión…
Y sobre Néstor Humberto Martínez, exfiscal, cuestionado en Odebrecht y el proceso de paz como fiscal, ¿qué podemos decir? Que aprenda a escribir