La educación en Colombia tiene muchas razones para ser cuestionada, además de ser un tema que tiene tantas aristas como para llenar tratados. Sin embargo, a muy grosso modo, muchos podemos estar de acuerdo en que no es arbitrario ni injusto que no seamos competitivos y que nuestras universidades no entren en las listas de las mejores de América Latina. Se cuenta, como en muchos otros tópicos, con una legislación laxa para quienes desean acceder al negocio de la educación. Por eso pululan sin control las universidades de garaje, las casonas adaptadas para tal fin, los institutos de educación superior… Mucho se puede decir al respecto, pero hay un síntoma muy claro y preocupante que debía poner en alerta al Icfes y a las mismas instituciones universitarias: alrededor de las universidades aparecen sin control los avisos que ofrecen elaborar trabajos, proyectos, anteproyectos y tesis, y en internet es increíble la cantidad de estos anuncios de esta índole que aparecen. Esta se está volviendo una fuente de empleo para ciertos seudoempresarios que se dedican a estafar a personas preparadas, pero que por alguna razón no están bien ubicadas laboralmente o quieren completar sus ingresos, pues son docentes mal remunerados, a quienes subcontratan para hacer anteproyectos de grado, trabajos finales de una materia, tesis, monografías; incluso muchos betsellers no son escritos por quienes aparecen en los créditos sino por escritores pagados, eso sí miserablemente, por quienes, a decir de ellos mismos, tuvieron la brillante idea.
Esto es grave pues denota que no hay espíritu investigativo, ni inquietudes intelectuales, solo el deseo de obtener un título como sea, aunque no al precio que sea sino al menor precio posible. Muchos mal llamados estudiantes o profesionales deseosos de ascender mandan a elaborar sus trabajos y los hacen pasar por propios. Y eso es absurdo, porque quienes tienen la oportunidad de asistir a una universidad deberían tener más curiosidad intelectual y más sentido ético, ya que como lo afirmaba Laura García, la columnista de Las 2 orillas: “Creo que cada persona debe desarrollar, o tiene desarrollada, su propia curiosidad, su propia necesidad de aprender. Eso es algo que no debe anestesiarse. La educación es un asunto de Estado, sin duda, pero también un reto personal…”.
Con esta pobre formación es muy difícil que un país salga adelante, pues ya lo han demostrado varias naciones, en especial los países nórdicos y las emergentes democracias asiáticas, que decidieron invertir en una buena educación para todos sus ciudadanos, desde una etapa muy temprana y en todos los aspectos, y el resultado ha sido altísimos índices de desarrollo y competitividad, que obviamente se ven reflejados en un gran nivel de vida para la mayoría. Pero claro, estas personas y sociedades bien educadas han promovido no solo la ciencia, la tecnología sino los valores, la investigación y la responsabilidad. No se trata de obtener un título para conseguir cualquier empleo o para trampear con él, sino de formarse de manera integral y contribuir al desarrollo de una comunidad. Esa es la diferencia.