A propósito del pronunciamiento que hizo la Corte Suprema de Justicia para llamar a indagatoria al expresidente Álvaro Uribe Vélez, por fraude procesal y sobornos por el caso de los falsos testigos, que causó un terremoto político en Colombia. Para contextualizar al lector, la disputa judicial formalmente inició con la denuncia de Uribe en contra de Cepeda en 2014. Lo anterior, tras un debate de control político en el Congreso, convocado por el senador del Polo Democrático, que contó con declaraciones de Pablo Hernán Sierra y Juan Monsalve Pineda, exparamilitares del Bloque Metro de las AUC. No obstante, de acuerdo con la Corte, Cepeda no se extralimitó con sus funciones como congresista, ya que las entrevistas con los antiguos paras se hicieron cuando era representante a la Cámara y miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes.
Pues bien, la Corte Suprema absolvió al senador del Polo, y en cambio la CSJ abrió un proceso de investigación en contra Úribe Vélez por manipulación de testigos. Esto debido a que en las interceptaciones telefónicas realizadas por la justicia colombiana el patrón del Centro Democrático fue escuchado conversando con Wilser Darío Molina, quien fue abogado del paramilitar Luis Alfonso Tuberquia, hombre que lideró el Bloque Noroccidental de las AUC. Además, en las llamadas entre Uribe y Molina (actualmente alcalde de Amagá con el aval del Centro Democrático) se descubrió que ambos estaban buscando manipular falsos testigos de paramilitares recluidos en el Valle de Aburrá
Así mismo, en la investigación de la Corte Suprema también se descubrió que Uribe sostenía conversaciones y reuniones con Juan Guillermo Villegas (hermano de Luis Alberto Villegas), hombre al que María Jimena Duzán describe como “un paramilitar y narcotraficante que según la Fiscalía pertenecía al bloque Metro de las Autodefensas que se instaló en el nordeste antioqueño, y que fue asesinado en 2004 por orden de Julián Bolívar, jefe del bloque Central Bolívar. Julián habría ordenado su asesinato cuando supo que Villegas estaba incriminando a su bloque de ser el dueño de un laboratorio de coca que había sido desmantelado por el ejército, pero que en realidad era de propiedad de Villegas". Cabe recordar que Luis Guillermo Villegas también hizo parte de la Convivir “El Cóndor”, que operaba a finales de los noventas en el nordeste antioqueño con el aval legal del expresidente cuando este fue gobernador de Antioquia.
Pero bueno, retomando las interceptaciones: en el transcurso de la llamada con Juan Guillermo Villegas, Álvaro Uribe le pregunta por su familia, que conoce de años atrás, y le informa que están siendo interceptadas sus llamadas gracias a al exalcalde de Medellin y exgobernador de Antioquia, Juan Gómez Martinez. Villegas finalmente se contacta con José Humberto Gómez Garro, y este último se reúne con alias Simón y alias Castañeda para que declararan en contra del senador Cepeda.
Por otro lado, la Corte también llamó a indagatoria al representante del Centro Democrático Alvaro Hernán Prada, por presuntamente manipular al testigo Juan Guillermo Monsalve para que se retractara de las declaraciones en las que dijo que el Bloque Metro de las AUC se creó en la hacienda Las Guacarachas, finca que era propiedad de Uribe Vélez, del que el padre de Juan Guillermo, Óscar Antonio Monsalve, fue administrador. Se dice que este fue manipulado a declarar en contra de su hijo por presiones de Villegas. De hecho, en las interceptaciones de la Corte se escucha a Villegas conversando con el papá de Juan Guillermo Monsalve, donde teniendo presente la situación económica de la familia Monsalve le dice a Óscar Antonio: “Esta semana le pego una ayudadita pues”.
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Las declaraciones tanto de Pablo Hernán Sierra como de Juan Guillermo Monsalve, hombres que hicieron parte de las AUC, coinciden en lo mismo, los hermanos Uribe Vélez junto a los hermanos Villegas Uribe y Gallón Henao financiaron y daban órdenes a los paras, que junto a la fuerza pública actuaban en conjunto para “limpiar la zona”.
Por otra parte, la relación entre Uribe y Escobar no es puramente simbólica, ambos sometieron a la justicia a sus pies: Escobar con La Catedral y Uribe con su presidencia. Además, el columnista Yohir Akerman ha documentado juiciosamente el nexo entre Uribe y Escobar cuando el expresidente era a comienzos de los ochenta director del departamento de la Aeronáutica Civil: “En la administración de Uribe Vélez (...) se firmaron más de 200 licencias que se comprobó estaban relacionadas con aeronaves o pistas del cartel de Medellín”.
Así mismo, los cables desclasificados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos también nos dan a conocer los nexos de Uribe con el Cartel de Medellín. En aquellos tiempos, en los noventa, los diplomáticos gringos se reunieron con Luis Guillermo Vélez, uno de los fundadores del Partido de la U; en las reuniones Vélez Trujillo les comentó a los diplomáticos que Uribe recibió financiación para la campaña al senado por los Ochoa Vásquez, familia relacionada con el Cartel de Medellín, tal y como lo reseña el periódico El Mundo de España: “El cable muestra que, según Vélez, Escobar exigió a Uribe a través de 'los Ochoa' que le ayudara a comunicarse con Gaviria 'a cambio del favor' de la financiación de su campaña”
Testigos exparamilitares, antiguos compinches del mismo Uribe y algunos de los humanistas y académicos que se atrevieron a denunciarlo han sido perseguidos a lo largo de los años. Pedro Juan Moreno, Jesús María Valle, Francisco Villalba, John Fredy González Isaza, Eudaldo Díaz, Alfredo Correa de Andreis y Carlos Areiza son algunos de los hombres que por tener las agallas de incriminar a Uribe tuvieron la misma suerte que tuvo el periodista Guillermo Cano al revelar los nexos de Escobar con los políticos y el narcotráfico: todos fueron asesinados.
Escobar gozó de impunidad hasta el día de su muerte, Uribe, hasta el día de hoy, a pesar de estar investigado por crímenes de lesa humanidad, continúa en libertad. La justicia colombiana todavía no lo considera como un peligro para la sociedad, por eso el patrón político de Duque goza de impunidad y no va a prisión.