La gente se encuentra, literalmente, mamada de tanto encaño, tanta corrupcion y tanta manipulación. Y eso se da en todos los campos: en lo social, en lo económico y en lo politico. Los acuerdos de paz logrados han sufrido unos embates oficiales inconmensurables. A pesar de la incesante y afanosa búsqueda por pulverizarlos, les ha resultado imposible destruirlos: son tan sólidos los acuerdos que no han podido acabarlos, como son sus claros deseos.
Repetir este desgobierno o brindarle continuidad a la ineptitud y a la inexperiencia sería algo nefasto, algo enfermizo. Pero tranquilos: todavía queda esperanza. ¿Qué sería de Colombia sin un periodista como Daniel Coronell? A pesar de que Gustavo Petro no es de sus afectos, Daniel Coronell es un verdadero periodista. El periodista no debe ser cercano al poder. Un verdadero periodista debe ser un contrapoder, y eso es Daniel.
Coronell lo demuestra de manera objetiva cuando en su columna del domingo en Los Danieles, titulada 'Encuestas para mentir', no critica per se la encuesta del CNC, sino que explica con claridad meridiana cómo la revista Semana interpreta de manera subjetiva y sesgada dicha encuesta.
Para todos es suficientemente conocido cómo esta otrora y prestigiosa revista perdió su norte periodístico, que la caracterizó en epocas preteritas.
Hoy manipula a su antojo los resultados de una de tantas encuestas, pretendiendo instalar en el imaginario colectivo falsas percepciones. Hoy, la publicación en su carátula apela a unas claras argucias propias de la "acrobacia" para crear percecepciones falsas y no medir la verdadera intencionalidad del voto. Eso es subestimar al votante, es creerlo demasiado despistado.
Este jueguito de manipular encuestas no es nuevo. Toda la vida ha existido y se refleja cuando se decía: el que vota elige, y luego mutó y se dijo: el que escruta elige. Hoy se puede decir con toda certeza: ¡el que encuesta elige!
El fraude es un protervo personaje que nunca anda solo: tiene mucho poder y se encuentra dispuesto a todo. Don Fraude tiene varios frentes y varios componentes: independientemente de la compra del voto, o sea la Ñeñe política y la indigna registraduria, Don Fraude no se cocina con dos aguas; es una vieja práctica que nuestra generación vivió ya en 1970, cuando descaradamente le robaron las elecciones al general Gustavo Rojas Pinilla.
Hoy dpia la avanzada del poderoso Don fraude son las encuestas prepagadas que le dan la bendición final a la trampa. Nunca he creído en encuestas elaboradas en Colombia: son una farsa, cuyo objetivo es direccionar al votante hacia unos intereses preestablecidos. Mi sabia abuela Petrona Oliveros nos espetaba de frente: "Poderoso Caballero es Don dinero", queriendo expresar con esto el poder que tiene el dinero de transformarlo todo. Parafraseando lo anterior, podemos decir: ¡¡Poderoso Caballero es Don Fraude!!, que tiene la capacidad de cambiar la voluntad popular, expresada en las urnas.
¡Pero Colombia cambió!
Y algunos siguen sin aceptarlo. Patinan en la mezquindad de negarlo todo y hacer ingentes esfuerzos por impedirlo. ¡"No pasarán"! El no reconocimiento sobre lo obstensible y lo evidente del cambio hace que se caiga en la irracionalidad del negacionismo, que impide salir de la polarización negativa (la hay positiva) que algunos sectores agitan, como estrategia electoral. Lo demostrado en las votaciones del 13 de marzo es una prueba fehaciente del cambio: los grupos alternativos y progresistas lograron una representacion en Cámara y Senado jamás vista, pero seguirá el conveniente equilibrio de poderes, que es algo beneficioso, para una sana cohabitación democrática, en el esfuerzo por lograr una gobernabilidad, que ayude a tomar desiciones legislativas trascendentales, en un sano ambiente consensuado.