De Claudia a la alcaldesa López, un mundo de diferencia

De Claudia a la alcaldesa López, un mundo de diferencia

"¿Será que a partir de este agosto tendremos como gobernante a la mujer que elegimos y no a la mandataria que ha representado hasta ahora el continuismo de Peñalosa?"

Por: Andrés Franco
agosto 06, 2020
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De Claudia a la alcaldesa López, un mundo de diferencia
Foto: Leonel Cordero/ Las2orillas

Hace un año, estábamos definiendo a Claudia como la candidata única de los partidos alternativos para evitar la continuidad del neoliberalismo en su atrofiada versión peñalosista en Bogotá. Aunque ganamos en las urnas, en vez de posesionarse Claudia, llegó a Liévano la alcaldesa López, una mujer soberbia y autoritaria, que resultó bastante peñalosista y poco afín con las luchas sociales de los sectores políticos y ciudadanos que la apoyaron.

Sin embargo, algunos incautos todavía guardan esperanzas. Esto porque en un tuit del 12 de febrero de la influencer “show-woman” de la pandemia, de usuario @ClaudiaLopez, al formularle la pregunta “¿cuándo empezará al 100% tu administración alcaldesa?”, ella muy tranquila, con su usual estilo sobrador y tecnócrata respondió: “en agosto, cuando termine la vigencia del plan de desarrollo de Peñalosa, y el concejo apruebe nuestro plan de desarrollo”.

Y eso explica bastante de los primeros 7 meses de gobierno de la alcaldesa López, quien parece más una delegada de quien ella misma declaró su maestro, el empleado de la década en Volvo (y a quien por cariño nos vamos a referir como Kike), que la dulce y gentil Claudia, que en campaña andaba repartiendo besos y abrazos a quienes hoy les da la espalda, como a los vecinos de la Avenida 68.

Y es que la firma de la alcaldesa López para dar luz verde al proyecto de TransMilenio por la 68 no es la única promesa incumplida por López, ni es poca cosa como la han querido insinuar ciertos sectores políticos cercanos a la administración. Mientras Claudia prometía “la mayor inversión social de la historia en educación”, López le grita de forma autoritaria al representante estudiantil de la universidad pública del distrito y se atribuye victoria de estudiantes como “matrícula cero”; Claudia prometía “más tiempo con nuestras familias y menos en el trancón” en el programa de coalición de campaña, pero las metas del PDD de López se proponen mantener el tiempo de tráfico en las 14 vías principales; Claudia prometía una ciudad con un transporte con base en metros y alimentado por TransMilenio, pero López se gastó la plata en más TransMilenio y el adefesio de metro del siglo XX, con estaciones cada 1,5 km, que a lo mucho servirá para taparle el sol a los usuarios en su odisea de los buses rojos; una Claudia que salía a tomarse fotos en las protestas contra el paquetazo neoliberal, pero una alcaldesa López que recurre a las prácticas más fascistas del neoliberalismo, enviando el Esmad a reprimir protestas y a desalojar gente indefensa en Ciudad Bolívar en plena pandemia (que seguramente le dio el voto). En resumen, López parece haber olvidado totalmente las banderas ideológicas de los bogotanos y bogotanas que la eligieron, como lo demuestra su desafortunado tuit en el que compara la inentendible y consumista medida de “3 días sin IVA”, de lo más retardatario y ortodoxo del neoliberalismo en Colombia, con las protestas de sectores sociales que hoy necesitan la ayuda de Claudia... y necesitan que sea agosto.

Por lo menos ya es agosto y se posesiona Claudia para poner fin al penoso continuismo peñalosista que ha representado la alcaldesa López al frente de Liévano; por lo menos ya es Agosto y llega Claudia para cambiar el programa de políticas neoliberal que representa el PDD de López; por lo menos ya es agosto y llega Claudia a sacar al santismo de la Secretaría de Gobierno, a Fedesarrollo de la Secretaría de Hacienda y a Volvo de la Secretaría de Movilidad. Con el protagonista de la casa estudio, Luis Ernesto Gómez, el de la hacienda pública, Juan Mauricio Ramírez, y el vendedor de buses junior, Juan Pablo Bocarejo, será imposible cambiar las políticas neoliberales del gobierno anterior.

La burocracia con la que la alcaldesa López repartió los puestos de su gobierno le dejará una tarea muy difícil a Claudia para poder cumplir con su bandera trampolín del año anterior a las elecciones, la consulta anticorrupción.

La izquierda progresista bogotana ha sido traicionada. Hay sectores políticos antineoliberales que inexplicablemente hoy están avalando el gobierno de López. Ahora, más que nunca, los partidos políticos que representan el verdadero cambio tienen que estar unidos para que en 2022 no se repita la falacia neoliberal que se está viviendo en Bogotá y muchas otras ciudades del país. ¿Seremos capaces de dejar los egos a un lado y llevar un gobierno de cambio verdadero al Palacio de Nariño?

Lo único cierto es que para sacar al narco-paraco-financiero-liberalismo del poder, el autodenominado “centro”, que sería la derecha neoliberal en cualquier país europeo, no representa más que medidas tibias. Ahora, más que nunca la ciudadanía necesita la alianza del Polo Democrático y de la Colombia Humana, que lleven un verdadero gobierno progresista a la Casa de Nariño en 2022.

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