La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo
Platón.
Estoy lejos de ser una crítica del cine porque, entre otras cosas, me fascinan las películas de amor con final rosa, me gustan las de acción con final feliz, adoro las comedias que me alegran el rato, me he visto y gozado por razones de maternidad las infantiles (Up una aventura de altura es mi favorita), no les gasto ni un minuto a las de miedo y desde la universidad no me padezco nada que se parezca y sea de la línea de El acorazado Potemkin… Díganme lo que quieran, pero yo voy a cine a divertirme, no a trascender a través de él.
Si los fanáticos del fútbol fungen de directores técnicos en los partidos, voy a hacer lo mismo con La La Land, la película que no solo me ha emocionado más en los últimos tiempos, sino la que parece haber desempolvado con éxito las deterioradas cintas musicales, según cuenta la historia.
Lo primero que debo decirles es que si no son romanticones, ni soñadores, ni les gustan las películas musicales y no van con los finales inesperados, no vean La La Land. Pero si quieren un río musical de emociones, baile y canto, ¡no se la pierdan! Tiene maravillosamente combinadas la historia de la lucha por alcanzar el éxito de un par de artistas de la actuación y el piano que parecían condenados al fracaso, con la música y la actuación. Aunque el final no es lo que hubiera querido en términos de amor, aunque tiene partes lentas, todo –hasta el final- son emotivos.
Siento una especial debilidad por los concursos de canto y baile.
No me los pierdo.
No soy de rock, ni de metal; me gusta la música de plancha, la tropical, la colombiana
Siento una especial debilidad por los concursos de canto y baile. No me los pierdo. No soy de rock, ni de metal; me gusta la música de plancha, la tropical, la colombiana, Alci Acosta, los boleros, el pop y ni qué decir del Disco… ¡Y toco tiple! No sé si mis particulares gustos musicales sean suficientes para que acepten mi invitación a ver La La Land.
La historia del cine con sonido al que se opuso fervientemente Chaplin desde El cantante de Jazz en 1927, él pensaba que el cine debía ser mudo, en mi caso me deja unas favoritas que les comparto: Cantando bajo la lluvia; La novicia rebelde con Julie Andrews; Mary Poppins con Julie Andrews y Dick Van Dyke; Sing ven y canta, infantil; y mi nueva favorita, La La Land con Ryan Gosling y Emma Stone.
¡Hasta el próximo miércoles!