El ministro de las TIC tenía una cuota política con mucho peso dentro la entidad: María Fernanda Guevara, a quien se le reconocía como 'La defensora'. Con su poder obtuvo la potestad para contratar a más de 1.200 asesores, una especie de nómina paralela, integrada en su mayoría por recomendados de David Luna y del Partido Liberal con la venia de los congresistas Juan Manuel Galán y Horacio Serpa. Otra cuota importante de Luna en la entidad fue Astrid Cristancho, la secretaria privada que denunció al Defensor por supuesto acoso sexual. La rivalidad entre las dos mujeres, Astrid y María Fernanda, derivó en una enemistad reflejada en la denuncia que Cristancho interpuso ante la Fiscalía el pasado diciembre, en la que señaló a Guevara como la verdadera acosadora en la defensoría y pone en evidencia sus maniobras.
María Fernanda Guevara renunció en la víspera del escándalo y de inmediato fue enganchada por su jefe político en el Ministerio de las TIC. La cercanía de Otálora con Luna llevó a que el Defensor lo mencionara como uno de los testigos que podía dar fe de su relación sentimental consentida con Astrid Cristancho, aunque Luna se negó a intervenir públicamente.