Daniel Segura Bonnett se quitó la vida el 14 de mayo de 2011, dos meses después de haber cumplido 28 años. Había estudiado Artes en la Universidad de los Andes, con una especialización en Arquitectura, y hacía una maestría en la Universidad de Columbia. Su mamá, la poeta Piedad Bonnett, leyó este texto en su funeral:
“Daniel amaba la vida. Amaba el sol y el agua, la buena comida, el cine, la música. Amaba también el conocimiento. Y amó mucho su arte, el dibujo y la pintura, a cuyo estudio y práctica dedico muchas horas, de las que derivó, sin duda, mucha felicidad. Daniel disfrutó sus amigos, su familia, y supo lo que era enamorarse, sufrir y gozar el amor. Adoraba viajar y lo hizo todas las veces que pudo. Realizó su sueño cuando se fue a vivir a Nueva York, ciudad que conoció bien desde su adolescencia, cuando viajaba en vacaciones a tomar cursos de pintura.
Fue un muchacho talentoso, sensible, amable y respetuoso con los demás, disciplinado y cumplidor de su deber. Al ingresar a su cuarto en Nueva York, después de su muerte, nos sorprendió el orden impecable en que vivía, rodeado de cuadernos y libros y objetos queridos. No parecía, como en el poema de Wistawa Szymborska, “que de esa habitación no hubiera salida, al menos por la puerta/ o que no tuviera perspectiva, al menos desde la ventana.
Por eso, si él pudiera ver hoy lo que hizo, tal vez lo lamentaría. O tal vez no. Porque Daniel tuvo que dar, desde sus 18 años, una gran batalla contra un trastorno mental. Y fue así como con gran valentía y con la ayuda de algunos de los que lo quisimos y de su médico, Danny pudo estudiar arte, hacer una opción en arquitectura, ser maestro de niños y jóvenes, pintar sus cuadros, e ingresar a hacer su maestría en la Universidad de Columbia. Pero esta vez la enfermedad, el cansancio y el dolor, terminaron por vencerlo.
Recordemos a Daniel como lo que en esencia fue: un muchacho no sólo inteligente sino bueno. Y consolémonos pensando que, como en el verso de José Emilio Pacheco, en nuestra memoria, con sus espléndidos 28 años, ahora es bello para siempre.”
- Piedad Bonnett
Daniel dejó una obra copiosa para su edad, que vista en su conjunto muestra el tamaño de su talento como también su proceso de búsqueda. Sus amigos montaron el blog con el propósito de divulgar parte de su trabajo, además de hacer un pequeño homenaje a su memoria
Este texto de María Elvira Bonilla fue publicado´, a raíz de la muerte de Daniel, por primera vez en Kien y Ké