Llamaba por FaceTime y escribía por Whatsapp. A la edad de 93 aprendió a ser ceramista. Solía ver documentales y tutoriales para saciar su incesante curiosidad y poner a producir las vetas del ingenio.
Este video, a sus 93 años, es fantástico:
ORÍGENES
Perteneció a una familia notable. El tomo 1 de las “Genealogías de Santafé de Bogotá” dice que D. Daniel Rebolledo Arboleda nació en París el 5 de agosto de 1927; que era hijo de don Daniel Rebolledo Pombo, popayanejo y doña Ana Arboleda Sanz de Santamaría, genealogista bogotana, descendiente del poeta soldado, D. Julio Arboleda Pombo, presidente de la República.
UNA HISTORIA FAMILIAR APASIONANTE: EL CASO DEL JUEZ RAMÓN REBOLLEDO TEJADA, MÁRTIR DEL CASO SUCRE Y DE CÓMO LOS REBOLLEDO PASARON A ARMERO.
D. Ramón Rebolledo Tejada fue asesinado por Juan Gregorio Sarria, mercenario a las órdenes de José María Obando, perpetrador del crimen del mariscal Sucre. Este asesinato acaeció el 12 de marzo de 1841 cuando Rebolledo iba a fallar como togado en contra de Obando. Se dice que éste último reversó la orden minutos más tarde, pero el juez Rebolledo ya había sido ultimado. A raíz de este crimen, el Estado indemnizó a la familia Rebolledo por el asesinato del juez. Su viuda, Da. María Josefa Carvajal, pasa de Popayán a vivir en Bogotá. Su hijo Alberto Aparicio Rebolledo y su esposa Clementina Pombo, compraron con la indemnización estatal varias tierras en Armero que los ingleses vendieron a bajo precio porque no les prosperaron los cultivos cacaotero y tabacalero. Estas tierras iban desde Honda hasta Ambalema, por la ribera del río Magdalena.
Desde entonces, los Rebolledo, parientes del Libertador Simón Bolívar, de los poetas Víctor Paz Otero y Rafael Pombo Rebolledo, empezaron a nacer en Armero.
Alberto y Clementina fueron los padres de D. Daniel Rebolledo Pombo, padre de don Daniel Rebolledo Arboleda y estuvieron algún tiempo radicados en Bélgica y en París donde nació D. Daniel en la calle Víctor Hugo el 5 de agosto de 1927.
Al igual que los poetas malditos franceses Baudelaire, Nerval y el paisano de sus padres Guillermo Valencia, fue huérfano desde los 5 años de edad. Quedo bajo la tutoría de su abuela e ingresó al Liceo Francés. Estudió luego en los Estados Unidos de América y regresó para seguir en el Colegio San Bartolomé; y fue seminarista…
Regresó a EE. UU. y se graduó de la secundaria en Nueva York. Allí fue ingeniero arquitectónico. Decía “me gustaba más la física”, pero ese sueño lo truncó la Segunda Guerra Mundial. Las tensiones propias entre el Eje y los Aliados le impidieron ser físico americano por haber nacido francés.
MATRIMONIO
El 17 de octubre de 1954 se casó con doña Lucía Delgado Hernández, bogotana de raíces popayanejas (N. el 26 de julio de 1932 y F. el 8 de agosto de 1990. De esta unión, cinco hijos: Daniel, Pilar, Ana Lucía, Andrés y Helena.
No ocultaba sus veleidades por el misticismo y la revolución marxista. A su boda concurrió su amigo el cura Camilo Torres Restrepo, militante del Ejército de Liberación Nacional - ELN.
EMPRESARIO E INGENIERO
Como ingeniero arquitectónico fue cofundador de la empresa CopreTriana Ltda. (en compañía de Enrique Triana) por los años 70’s. Aquí construyó numerosas casas de la Bogotá cachaca y para estratos medios. Cuando curaduría urbana no le permitía construir casas de dos pisos, decidió hacer edificaciones muy altas para que los propietarios le pusieran un mesanine. Un comprador sin saber que don Daniel era el arquitecto comentó: “Qué estúpido es el arquitecto de estas casas. ¿Para qué hacerlas tan altas en lugar de hacerlas de dos plantas?”. Don Daniel le respondió jocosamente: “Estoy de acuerdo con usted, pero más estúpido debe ser el comprador”.
EMPRESARIO AGRÍCOLA
Su hijo D. Daniel Rebolledo Delgado escribió:
“Lideró la recuperación agrícola de Armero luego de la avalancha o lahar ocasionada por la erupción del volcán nevado del Ruiz en 1985. Durante sus recorridos por la zona de desastre observó que en algunos charcos de agua germinaba el arroz que luego crecía y daba grano. Decidió entonces hacer un ensayo en un lote pequeño donde quedó una capa estéril, ácida y salada. El grano germinó, creció, embuchó y dio fruto a pesar de las predicciones negativas que hicieron muchos expertos porque lo que logró fue un cultivo hidropónico a gran escala en terreno estéril con agua cuyos nutrientes bajaban de la cordillera. La experiencia fue acogida inmediatamente en toda la zona donde se reconstruyeron los distritos de riego, se sembró arroz por varios años, lo que lavó las tierras por lixiviación permitiendo luego otros cultivos y salvó así a los armeritas de la catástrofe económica”.
CERAMISTA A LOS 93 AÑOS
“Se nos fue papá, pero no muy lejos porque siempre nos estará esperando (…) Nos queda su ejemplo de vida, vivió a plenitud disfrutando cada día hasta el último momento, siempre activo e inquieto por el hacer, crear, innovar y cuidar de los demás, hasta ahora que se entusiasmó a sus 93 años por aprender y hacer objetos en cerámica motivando a otras personas de edad a adelantar este tipo de actividades que les iluminan sus días. Durante su vida debió enfrentar grandes dificultades económicas y personales de las cuales salió airoso gracias a su capacidad transformadora, reinventándose cuando fue necesario, como cuando pasó de ser arquitecto y constructor a empresario agrícola.
Su sobrina Paula Rebolledo escribió:
“Te caía bien al instante, tenía una luz dentro de él que se sentía muy cálida al estar cerca. Vivió una vida larga, feliz; se fue tranquilo, sabiendo que siempre será querido y recordado por aquellos que tuvieron el placer de formar parte de su vida”.
“Le decíamos Papel. Ingeniero, arquitecto, agrónomo, agricultor, ganadero, joyero, relojero, vitralista, carpintero, mecánico, piloto de carreras… pero más allá de todos sus oficios, fue un soñador; un enorme soñador (…) hizo realidad casi todo lo que imaginó (…) llamaba por Facetime y escribía por WhatsApp. Seguramente YouTube, Natgeo y Discovery Channel descansarán…”.
CORREDOR DE AUTOS
Dice su nieto Diego Gaitán Rebolledo en su obituario:
“En Colombia se aficionó por las carreras automovilísticas. En una válida, de Sogamoso a Bogotá, a mitad de carrera, don Daniel se quedó sin frenos y no tuvo más remedio que usar la caja de cambios para controlar la velocidad. El resultado: ¡ganador!, récord de tiempo y de máxima velocidad.
“Así fue la vida de Daniel: adrenalina y emoción, pero sobre todo… ¡nunca jamás frenar, siempre acelerar! Nunca dejó de aprender (…) Nunca dejarse alcanzar en la carrera de la vida: ni por la enfermedad; ni por la monotonía, tampoco por la comodidad. ¡Y ganó! Tuvo tiempo de pasar la meta, celebrar, brindar, hasta cuando realmente estuviese listo para dejar de acelerar; parquear su Jaguar con calma y dirigirse al podio para recibir el premio de la vida.
“(…) En sus casi 94 años jamás se olvidó de nada ni nadie: su memoria siempre estuvo intacta y aprendió nuevas artes y destrezas hasta su último día de vida.
“(…) Me incumpliste la promesa de llegar a los 100, pero una vida como la tuya pareció de 150.
“¿Un whisky con coca cola? ¡Ni loco! Como diría él: “la forma perfecta de dañar las dos mejores bebidas del mundo. Pero un whisky puro sí”. Hoy brindamos por ti, por la vida que tuviste, el tiempo que nos acompañaste y la forma en que te fuiste. Buen viaje, Papel, nos encontraremos todos, una vez más”.