Daniel Ortega y Rosario Murillo detentan el poder absoluto en Nicaragua. Desde el 2007 cuando el comandante regresó a la presidencia, sentenció que el “50 % del poder” lo compartiría con su esposa Rosario Murillo, la hija de Zoilamérica Zambrana Sandino, sobrina de Augusto Sandino, el héroe nacional de Nicaragua, el inspirador del movimiento revolucionario sandinista. Desde entonces el binomio copa todo el espacio político, y a su alrededor se mueven unas veinte personas que mantienen aceitada la maquinaria, trasmiten órdenes, y disfrutan los halagos del poder.
Entran y salen del núcleo de Ortega y Rosario, algunos expresan opiniones, pero no deliberan y el requisito para estar en esa posición es lealtad a toda prueba y ganarse la confianza de ambos miembros de la pareja.
En la actualidad el círculo de la confianza empieza en los hijos. Ocho de los nueve tienen rango de asesores, controlan la distribución de petróleo, los canales de televisión y las empresas de publicidad que reciben la pauta del gobierno. Siete de ellos viven con sus familias en la misma casa con sus padres, la de El Carmen que la revolución le confiscó al banquero y exvicepresidente Jaime Morales Carazo, y que fue ampliada varias cuadras a la redonda hasta convertirla en un complejo inexpugnable con fuerte custodia policial.
Juan Carlos es el de la televisión y las redes, Camila la de la moda, Laureano el chic codeado con el gran capital
Laureano es el chic, el que canta ópera y se codea con los grandes empresarios locales e internacionales desde su cargo de “asesor presidencial para la promoción de inversiones”. Fue uno de los artífices de la iniciativa de construir el canal interoceánico -tres veces más grande que el de Panamá-, por su relación con el empresario chino Wang Yin, interesado en el megaproyecto que al final no llegó a ningún puerto. Juan Carlos, rockero afiebrado con banda propia, es el polo opuesto con su pinta de revolucionario, es el director de Difuso Comunicaciones y el más activo en redes sociales, en las que pregona consignas sandinistas, condena al capitalismo y a Estados Unidos, copia de los discursos de su padre. Camila es directora de Nicaragua Diseña, una especie de semana de la moda.
Carlos Enrique, Daniel Edmundo, Maurice y Luciana, son caras menos conocidas, dirigen los canales de televisión 13, 2 y 4. Maurice se encarga del Canal 13 con Camila y Luciana, y está al frente de los despliegues audiovisuales en los actos públicos de sus padres. Daniel Edmundo es el mayor de los Ortega Murillo y dirige el Canal 4. Carlos Enrique, conocido como ‘Tino’, aunque es hijo únicamente de Rosario, Ortega lo adoptó. También adoptó a Zoilamérica quien en 1998 denunció a su padrastro por abuso sexual y está exilada en Costa Rica; y a Rafael, mejor conocido como Payo, el independiente, el único que vive fuera de El Carmen alejado de la férula de su madre.
Rafael, Payo, es fideliadad a toda prueba, la mano derecha de los negocios que empiezan con el petróleo de Venezuela
Payo es la mano derecha de Ortega en los negocios, está al frente de la distribución de petróleo en Nicaragua, aún después de haber sido sancionado por Estados Unidos en 2019, como “administrador de dinero clave detrás de los esquemas ilícitos de la familia Ortega”. Ha fungido de asesor presidencial en varios países y es el que ha comprado para la familia hoteles, fincas y ganado. Su lealtad a toda prueba con su padre viene desde cuando repartía el dinero para las protestas contra Violeta Chamorro. “Rafael y las compañías que posee se usan para lavar dinero para apuntalar al régimen de Ortega a expensas del pueblo nicaragüense”, dijo el Departamento del Tesoro de EE.UU. Que también ha sancionado a Laureano, Juan Carlos y a Rosario Murillo.
Además del círculo familiar, Ortega y Murillo mantienen otra primera línea muy cercana que lidera Néstor Moncada Lau. Sus 40 años de lealtad le han valido el cargo de asesor de seguridad nacional, que opera a 50 metros de El Carmen. No tiene un cargo oficial ni aparece en el organigrama del Gobierno, pero nadie discute su ascendencia sobre el poder como guardián de los asuntos privados de la familia presidencial. Su pasado está unido al operativo en que murió en 1980 el empresario Jorge Salazar Argüello, presidente de Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) y vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), y a mediados de los noventa fue sospechoso de 12 atentados terroristas contra iglesias católicas. Entrenado en inteligencia y contrainteligencia en Cuba, terminó su carrera como subcomandante en la Dirección de Seguridad Pública. Desde cuando vistió de civil se unió a la pareja presidencial con gestos de máxima lealtad como cuando se prestó para encubrir el abuso sexual del mandatario con una menor de la que tuvo un hijo y al que Moncada reconoció legalmente para evitar el escándalo, según narra Connectas en el perfil del enigmático personaje. Desde la oficina del FSLN, dicen los opositores, “controla día a día la represión”, y empoderado a la sombra de la familia presidencial, participa incluso en negocios como Difuso, en la que tiene el 40 % de las acciones, según información fiscal.
Néstor Moncada Lau, el oscuro hombre de confianza, el de la seguridad, el depositario de los secretos de la familia
El jefe de la Policía de Nicaragua, Francisco Díaz, es otro del primer círculo. No solo por la relación institucional, sino porque Maurice Ortega, hijo del presidente, se casó en 2010 con Blanca Javiera Díaz, su hija. Los asuntos policiales están bajo la supervisión directa de la primera dama Rosario Murillo, su consuegra.
El asesor económico de la presidencia, Bayardo Arce Castaño, maneja la estrategia de las alianzas económicas con los grandes capitales del sector privado. Fue uno de los nueve comandantes de FSLN, que estuvo al frente de Nicaragua entre 1979 y 1990. Hoy es el único de ese grupo que sigue al lado de Ortega. La Unión Europea le acaba de congelar sus bienes porque durante años fue clave para que su amigo español José Herrero Egaña cobrara comisiones de 3 % a 5% a las empresas que quisieran hacer negocios con Nicaragua.
La administración de la millonaria cooperación venezolana a través de los canales privados de Caruna y Alba de Nicaragua (Albanisa), estuvo a cargo de Francisco Chico López , bajo la estrecha supervisión de la primera dama y Rafael Ortega Murillo. El Chico fue sancionado por Estados Unidos bajo la Ley Magnitsky el 5 de julio de 2018, y se vio obligado a renunciar a sus altos cargos administrativos en Petróleos de Nicaragua (Petronic) y la Empresa Nicaragüense de Minas (Eniminas), pero siguió fungiendo como tesorero del FSLN. También continuó desde las sombras de Albanisa, la empresa constituida por Petronic y Petróleos de Venezuela (Pdvsa), hasta que más tarde Ortega, lo nombró a finales de julio de 2019, ministro asesor presidencial para la producción y el comercio. Ahora ha creado varias empresas en Honduras apoyado en personas cercanas al poder político.
Desde el 2009 Managua ha tenido tres alcaldes: Alexis Argüello, Daysi Torres y Reyna Rueda, pero una sola persona al mando: Fidel Moreno, un hombre cuya lealtad a Rosario Murillo no admite dudas, y que desde julio del 2018 fue sancionado por EE. UU. por graves violaciones a los derechos humanos. Moreno supervisa áreas de atención prioritaria para la primera dama y desde la sanción estadounidense tuvo que dejar de firmar los cheques de las contrataciones públicas. Que otro hace.
En el círculo de la primera dama también empezó Gustavo Porras, hoy presidente de la Asamblea Nacional. Fue el sindicalista que lideró las temibles asonadas entre 1990 y 1999, cuando el Frente Sandinista “gobernó desde abajo”, y desde el 2007 a la fecha, con salario como miembro del Parlamento, ha sido un operador político de la pareja presidencial e interventor de un amplio sector del “área social” del Gobierno. De la cuerda de Rosario también es el presidente de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel) Salvador Mansell que llegó al cargo desplazando al veterano ministro Emilio Rappacciolli.
El ejército está en manos directas del presidente. El propio comandante Ortega atiende al general de Ejército, Julio César Avilés, por petición de la cúpula militar. Con numerosas empresas, el Ejército de Nicaragua es uno de los principales capitales nacionales con proyección inernacaional, sus inversiones cotizan en la bolsa de valores de Estados Unidos. Esa conexión le ha abierto puertas a International Rental Equipments Sociedad Anónima (Iresa) y Absolute Nicaragua Sociedad Anónima (Absolute), del hijo del general Avilés.
Con los candidatos en la cárcel, el binomio Ortega Murillo tendrá este domingo su ratificación en el poder, en las llamadas con sorna votaciones, no elecciones. Y el círculo del poder seguirá aferrado a su silla.