Es difícil ganar una gran vuelta. Hasta este miércoles 26 de mayo parecía que iba a llegar a Milán con el Giro ganado, pero Simon Yates puso en aprietos a nuestro Egan Bernal. Faltando cuatro kilómetros un ataque despiadado del inglés destrozó el lote con los favoritos, solo los nuestros, Daniel Felipe Martínez y Egan Bernal resistieron. Yates atacaba una y otra vez y parecía regresaba el duelo que vimos en el Zoncolan. Creíamos que volvería a ganar el colombiano pero no, Egan estalló faltando 2.500 metros. Fue tan duro el desfallecimiento que ni Daniel Martínez se dio cuenta de lo mal que estaba el de Zipaquirá, quien se retorcía de dolor en medio del asfalto, paralizado.
Martínez, quien creía podía ganar la etapa hoy, estaba sobrado de calidad y energía. Tuvo que sacrificarse, quedarse con Egan y empezar a gritarle, a alentarle, porque el líder estaba enterrado mirando el suelo. Creíamos lo peor, era la primera vez que un hombre de clasificación general entraba mejor que él. Pero Egan le puso corazón y aminoró las cargas, 54 segundos y una renta superior a los 3 minutos que podría manejar si, lo que vimos hoy, no corresponde a lo que todos tememos: el maldito dolor de espalda que lo sacó de la disputa del Tour del año pasado.
Esperemos que sólo sea un desfallecimiento pasajero.