Aunque para los candidatos en Colombia, la felicidad ni la paz figuran como prioridades en sus discursos, ellas son principios básicos para la sana convivencia y el desarrollo. Les presento la visión del Dalai Lama y de Liliana Pechené Muelas, líderes lejanos y cercanos
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Aunque a muchos la guerra entre Rusia y Ucrania puede sonar a tierras muy lejanas, lo cierto es que el este de Europa se encuentra muy cerca por aquello de la globalización, al punto que sus efectos ya se sienten en los costos de los combustibles y de algunos productos, como los abonos, entre ellos la úrea y otros insumos agrícolas básicos en Colombia.
Y en el coletazo de esta y demás guerras una de las primeras en morir, además de la verdad, es la felicidad, por eso en este artículo abordaré el tema desde dos puntos de vistas entre personas distantes y que tienen en común ser líderes, uno de ellos el Dalai Lama, con reconocimiento internacional, y Liliana Pechené Muelas, líder de comunidad Misak o guambiana, ganadora de un prestigioso premio internacional por su lucha por la paz, el agua y el medio ambiente entre comunidades indígenas de varias latitudes.
La visión del Lama
El Dalai Lama, abordado por el connotado psiquiatra Howard C. Cutler, trata de resolver una de las preguntas claves del hombre a lo largo de su existencia: ¿Cómo ser feliz o cómo alcanzar la felicidad?
Cutler es un reconocido profesor de Psiquiatría y Neurología y que profesa un gran interés por el budismo, el mismo que se le despertó tras un encuentro con el Dalai Lama en 1982, al coincidir en una universidad de los Estados Unidos.
Las reflexiones de este pensador budista y máxima autoridad de su pueblo que sostiene una guerra de resistencia pacífica ante China, son recopilada por este psiquiatra occidental en un libro muy cautivador titulado “Dalai Lama con Howar C. Cutler: El Arte de la felicidad”. Como el mismo autor lo indica el libro es producto de extensas conversaciones en diferentes épocas en Arizona, Estados Unidos, y en Dharamsala, India, donde suele residir el Dalai.
En ningún momento se intenta trazar un proceso ni el trajinado “Camino del héroe” que en este caso conduzca a la felicidad. Recordemos que tal camino consiste en que un individuo cae al fondo, lucha, cae, lucha y termina triunfando, como Ulises en su regreso a Itaca.
Sus enseñanzas se van desprendiendo a medida que los diálogos avanzan y a fe que ayuda mucha el relato ameno con que Cutler va dejando el testimonio de las conversaciones llenas de controversias, preguntas y acuerdos y dicotomías, siempre bajo dos visiones: la budista y la occidental representada por el autor. Las enseñanzas y consejos van desde lo más interno de cada persona, hasta lo social, siendo los dos frentes tan importantes, como difíciles.
Y en medio de todo no olvidan los grandes desafíos que se generan en medio de la globalización, los mismos que en conjunto conforman la Tercera Guerra Mundial, lo que pasa es que muchos de estos conflictos no tienen la primera plana de la gran prensa.
De vez en cuando los registran programas especializados, como lo hacen CNN, Francia Internacional y otros canales, lo mismo que periódicos como El País, de España; Times, Le Figaro y otros de esta índole.
Basta con decirles que el 2021 cerró con más de 15 conflictos activos y otros en tregua gracias a acuerdos firmados en medio del fuego, la muerte y la destrucción.
Les menciono a manera de ejemplo: Camerún, Etiopía, Mozambique, Zahara Occidental (donde está Marruecos y el Frente Polizario), Siria, Yemen, Colombia, Venezuela, Oriente Próximo donde están Afganistán, Israel/Palestina…y no olvidemos Jahel (costa o borde) donde se encuentran 11 países en conflicto en medio del hambre, entre ellos Eritrea, Nigeria y Sudán…
Hay personas que erróneamente creen que esto no les afecta, como el seguro candidato Gustavo Petro quien dijo “Que Ucrania, ni que ocho cuartos…”, cuando en realidad estas guerras reducen las posibilidades de alcanzar la felicidad así nos encontremos a miles de kilómetros de distancia, pues impactan los sentimientos y terminan por generar sensaciones de pesar, de dolor y hasta de impotencia.
Bajo estas perspectivas adquieren mayor importancia las enseñanzas del Dalai Lama, como aquella donde afirma que el Karma no es inamovible, piensa que el karma es un desafío para que el hombre sea activo y luche por cambiarlo y no se dedique a esperar que ocurra lo previsto en el karma.
En otras palabras la felicidad es la suma de vivencias, de conquistas, de triunfos y hasta de las derrotas de las cuales obtenemos experiencias valiosas.
Siendo los conflictos armados y guerras unos karmas para el hombre, es posible que desprovistos de egos y deseos de dominar, es posible desactivar conflictos y generar climas de paz que pueden ayudar que el hombre sea feliz en su paso por La Tierra…
Liliana Pechené Muelas, conocida como Mamá Liliana, estima que la paz es uno de los principios básicos para que haya felicidad en las personas en particular y en los pueblos en general…y lo dice una líder Misak que no duda en afirmar que “en el departamento del Cauca hay 47 conflictos”.
Habla una mujer que, en medio de su juventud, ha recibido el legado del taita Lorenzo Muelas, su tío, y a los saberes tradicionales de su pueblo ha ido sumando otros propios de su espíritu investigador. Por ejemplo, estuvo en bibliotecas de España donde está la historia de Indias para conocer raíces de su pueblo, hizo lo mismo en Perú.
Afirma que “la paz en Colombia debe pasar de los documentos a las acciones, el diálogo, los acuerdos y la educación con respeto por los habitantes y los pueblos en sus territorios”.
Su saber y liderazgo la llevaron a ser gobernadora de su pueblo Misak, en Silvia, en la zona montañosa del Cauca y a obtener el reconocimiento internacional con el gran Premio Elinor Ostrom por el trabajo comunitario y de educación ancestral adelantado con comunidades indígenas del Cauca, Indonesia, Malasia y otras de Centroamérica y Suramérica durante diez años. Este reconocimiento fue en el 2019.
En diálogo con el programa El Girasol de Radio Diez de Marzo no duda en afirmar que “muchos de los conflictos son por falta del reconocimiento de la historia y del diálogo y esto sucede no solamente a nivel local y nacional en nuestro país, sino también en el plano internacional”.
Mamá Liliana insiste en su llamado a que “la paz se haga posible mediante acciones constantes y con respeto y participación de las personas y de los pueblos. En paz podremos encontrar la felicidad, es un camino largo por recorrer, pero es posible”.