Un conocido relato de Gabriel García Márquez cuenta que durante una mañana como cualquiera, una señora le dice a su hijo que tiene el presentimiento de que “algo muy grave va a suceder en el pueblo”. El rumor se difundió tanto que la gente empezó a comprar provisiones hasta acabar con todas las existencias, luego empezaron a presenciar caos y confusión que al final terminaron huyendo todos.
El pasado jueves 19 de marzo se anunciaba el aislamiento preventivo de simulacro en diferentes ciudades del país, medida que también fue replicada en Soacha por cuatro días, para evitar el contagio del COVID-19 que hasta ese momento registraba un solo caso en el municipio, el de un joven quien por poco fue linchado por sus vecinos y que hoy se recupera custodiado por algunos policías.
Ese día en la mañana y como todo ciudadano precavido, opte por ir al supermercado del sector y comprar algunos víveres necesarios para los siguientes días. Mientras hacía la fila (porque fue una de las medidas tomadas por varios establecimientos comerciales para regular los ingresos) escuchaba a varias personas manifestar de manera exagerada su preocupación frente a la situación y emergencia sanitaria, mientras otros salían con carritos inmensos de productos para el aseo y alimentos perecederos quienes eran reprochados por su aparente egoísmo y desconsideración, en tiempos de crisis. Una vez dentro, pasar de pasillo a pasillo fue incómodo por la cantidad de personas que habían allí, los estantes eran la representación de la desesperación, el desorden y el caos que apenas surgía, tome algunos productos, me tomó tiempo pagar y salí recordando justamente el cuento de Gabo.
Para evitar que este tipo de situaciones se vuelva recurrentes, la administración municipal ha empleado una medida de pico y placa para que la ciudadanía en un tiempo determinado pueda salir a abastecerse, entre tanto, y en los días siguientes, los medios de comunicación y las redes sociales han registrado por un lado algunas calles y sitios de interés público cada vez más vacíos pero, por el otro, escenas donde las aglomeraciones en sistemas de transporte público, centros comerciales, plantones de personas engañadas frente a la alcaldía a la espera de bonos y mercados, y de personas transitando por las vías y resistiéndose al confinamiento como si nada pasara, también son los protagonistas de esta medida que apenas es el inicio de los próximos 19 días de aislamiento obligatorio que fue expedido por el gobierno nacional, mediante el Decreto 457 de 2020, en el que fijó los parámetros de la cuarentena y con la cual se busca frenar la expansión del coronavirus en el país, que hasta el momento ha reportado 491 casos en todo el territorio nacional y 6 fallecidos.
La cultura ciudadana se promueve desde unos principios enmarcados en la tolerancia, la convivencia, el aprecio por el territorio, pero sobre todo, el interés por el cuidado de lo público y de nosotros como ciudadanía, sin embargo, el pánico, la resistencia ante la medida y la mala información producto muchas veces de las suposiciones, han hecho que estos principios sean obsoletos y se priorice en el bien particular.
Más de 100 personas conducidas al Centro de Traslado por Protección (CTP), 225 comparendos por convivencia y 79 por movilidad, además de 61 vehículos inmovilizados, un intento de saqueo a tienda mayorista y sin contar con las múltiples denuncias de la ciudadanía que han registrado en sus redes sociales a vecinos y personas del común deambulando por las calles de sectores periféricos en el municipio desvirtuando la medida, forman parte del saldo que ha dejado este ejercicio y que a partir de la media noche de este martes será regulado de manera más rigurosa.
Este martes durante la mañana Soacha fue tendencia nacional en Twitter por el registro de cientos y cientos de personas que se aglomeraban en las estaciones de TransMilenio para llegar a sus lugares de trabajo, acciones que se contemplan dentro de las excepciones del decreto nacional y que hace referencia al tránsito de empleados hacia sus lugares de trabajo cuando esta no contemple el teletrabajo entre sus posibilidades, hecho que causó malestar ante la opinión pública por la aparente evasión del aislamiento e irresponsabilidad por contagios posteriores, situación que permite reflexionar en dos aspectos; el primero que los decretos deben estar más ajustados al contexto social, cultural y económico del territorio para garantizar el bienestar común y segundo, que Soacha es sin duda alguna un municipio dormitorio cuyo recurso humano y pujante, ha venido impulsado la economía distrital y porque no, de la nación y que merece ser recompensada.
Si bien son muchos los traumas sociales y económicos que hoy golpean a casi todo el mundo, es importante atender el llamado de aislamiento social como principal arma para combatir la expansión del virus, estamos viviendo momentos únicos en la historia como sociedad y para enfrentarlos se requieren medidas únicas, donde la unión, el respeto, la sana convivencia y el cuidado al otro, sean el común denominador que fortalezca la ética y la cultura ciudadana en el municipio.
Como en el cuento de Gabo, no es sano alimentarnos de información falsa, como tampoco es sano “salir a mirar a ver quien salió”, ni creer que el “virus entrará al conjunto de al lado”, golpear a mi vecino en vez de ayudarlo, ni mucho menos salir corriendo como los miles de bogotanos que aprovecharon el puente y el simulacro para tomar unas no merecidas e irresponsables vacaciones incrementando el pánico a los pueblos de la región, todos construimos ciudadanía desde nuestras buenas acciones y siendo participes de la norma. Hasta el momento la cultura ciudadana en Soacha parece ser un poco desvirtuada, pero es algo que no solo pasa acá en el territorio sino en diferentes regiones de la nación que permiten reevaluar y repensar estrategias para que los intereses y el bienestar colectivo, común y popular, prevalezcan sobre el interés particular.
En estos momentos de crisis humanitaria y sanitaria es importante acatar las recomendaciones de aislamiento obligatorio para cuidar de los suyos y los nuestros, Gabo en su obra Cien años de soledad cita lo siguiente tan eficaz fue la cuarentena que llegó el día en que la situación de emergencia se tuvo por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobró su ritmo y nadie volvió a preocuparse.