Samuel y Catalina han creado un sistema de producción en el que cualquiera puede entrar: “la gente se acomoda en lo que más le gusta hacer: dibujar, cortar, pegar, ensamblar. Ahora estamos probando con la madera y sus posibilidades, siempre estamos pensando qué más hacer: ojalá sea inesperado lo que viene”.
Cuando les preguntamos por su mayor reto, Samuel, entre risas, no duda: “Nuestro mayor reto ha sido sobrevivir. No sé cómo lo hemos logrado”. Nosotros lo intuimos, son tercos y unos convencidos de sus ideas: la Fundación Promedio crea para cuidar, y en el camino le buscan un destino a todos aquellos materiales que parecen no tenerlo. Por ahora, Samuel todavía quiere cambiar el mundo, sólo que ahora lo piensa desde lo cercano: cambiar sus hábitos, la apatía, la rabia y el consumo.
Samuel cuida de sí mismo, de su mente y su cuerpo, para poder cuidar de su familia y del cartón.