Uno de los temas trascendentales para el voto decisivo de los jóvenes y no tan jóvenes en Colombia es el medio ambiente y la reactivación económica del país a partir del posicionamiento de los productos nacionales en el mercado internacional. Es por esto que en la actualidad muchos de los candidatos apuntan a políticas que sean acordes a este pensamiento; no obstante, algunos caen en el error de prometer políticas públicas irrealizables y que al final quedarán solo en promesas incumplidas.
Este es el caso de Gustavo Petro, quien opta por darle un giro radical a la economía colombiana e incluye entre sus propuestas la no renovación de contratos petroleros. Ahora bien, teniendo en cuenta que Colombia es un país minero energético, el cambio que propone el candidato previamente mencionado no puede hacerse en 2 meses, ni siquiera en 4 años. Es un cambio de fondo en el país que requiere de más de 10 años para que la economía del país y de nosotros, los ciudadanos, no se vea afectada negativamente. Con eso en mente, se considera que es una propuesta irrealizable y además perjudicial, ya que un presidente en Colombia tiene 4 años en el poder, sin posibilidad de reelección.
Ahora bien, hay algo que es cierto y debe ser prioridad para el presidente que se posesione el próximo 7 de agosto y es la exportación de productos nacionales para abrir la puerta a los productos de nuestros campesinos. Las fórmulas presidenciales tienen esto muy presente y por eso todos lo incluyen dentro de sus planes de gobierno. No obstante, una cosa es prometer y otra, ejecutar. Gustavo Petro ha propuesto exportar el aguacate colombiano para suplir las ganancias que deja la exportación de petróleo en el país; sin embargo, por un lado, las ganancias que deja el aguacate no alcanzan para suplir las ganancias que deja el petróleo en el país y por otro lado, el candidato no puede demostrar que tenga capacidad para lograr negociar la entrada de productos nacionales a otros países del primer mundo, tales como Estados Unidos.
Siendo así se necesita entonces una fórmula que con hechos demuestre que es capaz de mantener y mejorar la economía nacional con una política minero energética responsable y que al mismo tiempo pueda demostrar capacidad y voluntad de abrir espacios en el extranjero para los productos nacionales. Esta fórmula puede ser la de Vargas Lleras-Pinzón Bueno.
Por un lado, Vargas Lleras tiene un programa de gobierno el cual tiene en cuenta que vivimos en un país minero energético, pero deja clara la importancia de la preservación del medio ambiente y la necesidad de incluir a las comunidades en estos procesos, es por esto que propone la protección absoluta de los páramos del país y el uso de última tecnología en la extracción del petróleo para que el medio ambiente no se vea afectado.
Por otro lado, está Juan Carlos Pinzón, que como fórmula vicepresidencial tiene muy clara la importancia de abrir los mercados internacionales para los productos nacionales y así lo recalca en cada discurso. Aunque se podría decir que tan solo son promesas con el fin de conseguir votos y que al final no va cumplir, Pinzón tiene cómo demostrar su capacidad y voluntad para ejecutar esta propuesta. Siendo embajador de Washington, logró abrir las puertas al aguacate Hass (producido por campesinos colombianos) en el mercado estadounidense, evidenciando la eficiencia en su gestión y la necesidad del mantenimiento de las buenas relaciones con políticas, que soportan el posicionamiento de los productos nacionales en el mercado y a la dinamización de la economía en el país.
Así entonces se podría afirmar que si bien muchas fórmulas a la presidencia usan la producción nacional y el medio ambiente como eje de sus propuestas en economía, la fórmula que realmente estaría en capacidad de generar un efecto positivo en este ámbito, sin realizar promesas inviables, sin afectar el medio ambiente, y además generando ganancias tanto a pequeños como grandes empresarios del país es la de Vargas Lleras y Pinzón Bueno.