Recién terminado el 8º. Congreso del Partido Comunista Cubano hace un par de meses, la inmóvil dirigencia cubana nunca se imaginó que el domingo 11 de junio desde todo el territorio de la isla se fuera a producir un levantamiento popular espontáneo contra el régimen de los Castro que hasta ahora ha durado 62 años. Y no era para tanto, desde hace años, tienen una economía prácticamente paralizada, sin que Cuba produzca algo significativamente exportable que le represente divisas, más allá del turismo controlado por las fuerzas militares, y con una pandemia de coronavirus encima, el hambre y la desesperación cundió en toda Cuba. Al grito “no tenemos miedo, porque tenemos hambre”, millares de cubanos se han expresado de no “más comunismo” y otras consignas que la dirigencia cubana había venido tapando con su dura y acostumbrada represión.
Y es que si se mira cómo ha venido cambiando el pensar de la juventud y un gran sector del arte y la intelectualidad cubana hacia el régimen o sistema imperante en Cuba, se encontrará que el brote explosivo del 11 de junio no fue casual. Este tiene raíces que a la luz del marxismo se pueden interpretar de “objetivas y subjetivas:
Objetivas en la estructura económica de un sistema inmóvil, el cual se traduce que la isla carece de un abastecimiento de alimentos básicos, ya que el aparato productivo es muy escaso, atrasado en tecnología y envuelto en una burocracia del siglo XX. A esto se agrega que el no aceptar la iniciativa privada en los negocios, o ponerles trabas a los cuentapropistas dizque porque se vuelven burgueses, y atar la poquísima producción agrícola campesina a la fracasada imposición de vender al “precio justo”, ha conducido al desabastecimiento total de alimentos en Cuba. Amén de esto, y como respuesta a la crisis alimentaria, el gobierno dispuso la venta en dólares en las famosas Tiendas MLC de productos de primera necesidad, a donde acceden solo los cubanos que reciben divisas procedentes de los 5 millones de compatriotas de la diáspora cubana en Miami. Como quien dice, el ayer oprobioso dólar gringo, hoy es la salvación de millares de pobres familias cubanas.
A lo anterior se agrega que la actual situación de crisis económica tiene hondas raíces ancladas en la historia del fracaso castrista, lo cual está perfectamente ilustrado en la relación que en su momento realizó para el portal 14ymedio el periodista Reinaldo Escobar [1] junto con su compañera Yoani Sánchez. Estos son los fracasos más sonados de los últimos 62 años, todos ellos imputables al Máximo Líder [2].
1. Proponer en 1959 desecar la Ciénaga de Zapata, el humedal más importante del Caribe insular, para destinarla a la siembra de arroz. Después de cuantiosos recursos invertidos y una amplia movilización de fuerza de trabajo, el proyecto se abandonó.
2. En los años 60 , Castro afirmó que en muy poco tiempo no podría encontrarse un solo arbusto de marabú en toda la Isla. Este árbol es una especie invasora y destruye cualquier posibilidad de cultivo. Seis décadas después, el avance de esta planta invasora sigue presente en Cuba y ya no hay fuerza de trabajo para emprender el ideal castrista. A Cuba la consume el marabú.
3. Por allá en los años 60, Castro propuso que la producción de leche sería tan grande en Cuba que, aunque se triplicara la población, no podría consumir el volumen de lo que iba a producir. En la actualidad, la leche es un producto racionado. Raúl Castro hace poco prometió "un vaso de leche" cada mañana para los cubanos. A veces ni agua sale de los grifos de La Habana.
4. La zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar, programada para el año 1970 con bombos y platillos como la meta socialista del trabajo del “nuevo hombre cubano” terminó en un gran fracaso. Solo se consiguió producir 8,5 millones. Todo el aparato productor cubano estuvo volcado para tal fin, desde mano de obra hasta insumos y maquinaria. Al fracasar, fracasó la economía y desde esa época la crisis es permanente. Hoy ni un millón de toneladas de azúcar produce Cuba.
5. El reparto Alamar, construido por el sistema de micro brigadas en el este de la capital, se expuso cómo el modelo cubano de arquitectura socialista. En sus bloques de concreto viviría el hombre nuevo, un individuo formado sin ambiciones, que no conocería el mercado ni la explotación. Hoy, los apartamentos de Alamar son los que se cotizan con precios más bajos en el mercado inmobiliario de la capital. Su estado es deplorable, como casi toda La Habana, ciudad que se cae a pedazos y donde sus habitantes no cuentan con cemento ni pintura para reparar sus viviendas.
6. Ante la necesidad de comida, y con una “libreta” que demostraba que en 1967 el socialismo cubano era un fracaso ante los ojos de los latinoamericanos, Fidel propuso crear alrededor de la capital lo que se llamaría "el cordón de La Habana", con siembra de café donde se intercalaba el guandul, un frijol milagroso para alimentar al ganado. Miles de cubanos fueron movilizados para las labores de cultivo y la prensa oficial vaticinó una notable mejoría en el suministro de alimentos. El proyecto fue abandonado y nunca se explicó su destino final.
7. La central electronuclear de Juraguá, en la provincia de Cienfuegos, hoy comida por la maleza, fue la idea fidelista de una Cuba con energía propia. Energía que hoy le proporciona la Venezuela de Maduro a través de petróleo gratuito a cambio de unos cuantos médicos. Dicha central fue medio montada con subsidio soviético. Fidel no fue capaz de terminarla y ponerla a funcionar.
8. A finales de los años 70 se planeó que la Isla de la Juventud sería el primer territorio comunista de Cuba. Se establecieron experimentos para retirar el dinero y extender las gratuidades. Hoy dicha islita es una fantasma.
9. ¿Se acuerdan ustedes de “ubre blanca” ?, una vaca cubana que llegó a dar 100 litros de leche en un día. Pues bien, Fidel lanzó la consigna de millares “ubres blancas” en Cuba. Leche para todo el mundo. Hoy en Cuba la leche escasea, salvo que la vendan en los almacenes MLC Made In USA.
10. Como solución a la escasez de alimentos en el Período Especial se planteó el llamado Plan Alimentario. Miles de cubanos fueron movilizados a campamentos agrícolas para producir, especialmente, el llamado plátano microjet. Pero los costos de producción y la baja calidad del plátano arruinaron el plan.
11. En el entorno de la batalla de ideas se generó la iniciativa de los trabajadores sociales, una suerte de "Guardias Rojos" de la Revolución que hacían múltiples tareas. Se les veía repartiendo bombillos ahorradores durante la llamada Revolución energética, controlando la venta de gasolina en los servicentros, pero también servían como tropa de choque en actos de repudio contra disidentes o de reafirmación ideológica. Con la llegada al poder de Raúl Castro, fueron desmovilizados y muchos de ellos terminaron integrando las filas del Ministerio del Interior[3].
Pero aparte de los errores anteriores, que los acérrimos críticos de Fidel catalogan de “locuras”, ¿por qué el sistema cubano nunca ha funcionado? Por las siguientes razones:
Cayó en el excesivo centralismo, pero sin contar con ningún tipo de industria. Vivió del subsidio soviético y no fue capaz Cuba de montar una industria nacional, ni siquiera de artículos de uso y consumo, y lo que es peor, de alimentos.
Sacrificó la pequeña propiedad agrícola, ni que decir de la mediana, que nunca existió. Hasta tal punto, que, hasta hoy, no dejan que los escasos campesinos saquen sus pírricas producciones a la libre venta.
Han caído en el error chavista del supuesto “precio justo”, dizque para que no haya explotación, olvidándose por completo, que el precio de una mercancía además del “trabajo socialmente necesario invertido en su producción”, encierra los agregados de la materia prima, más la ganancia del productor. Y, sobre todo, que los precios, juste o no, se rigen por la oferta y la demanda.
No se acepta la competencia, y la poca que se ha permitido y se vuelve eficiente, es perseguida, como el caso de los “paladares” o restaurantes donde hoy concurren los turistas, apenas ven que son excelentes negocios, les colocan trabas para que sean absorbidos por los familiares de la nomenclatura del Partido Comunista Cubano.
No se acepta la inversión privada, y la extranjera solo está reservada para la Zona Franca de Mariel, cuyo propietario es uno de los hijos de Raúl Castro.
Se ha dejado la provisión de alimentos en manos de las tiendas MLC controladas por la familia Castro, las cuales importan productos de consumo de los Estados Unidos y los venden a la población que recibe remesas de los Estados Unidos a precios hasta 10 veces mayor.
Una revolución se hace para vivir mejor que el sistema, Estado o régimen que se dice tumbar o derrocar. Pero eso no ha sucedido en la Cuba actual, donde por sus calles lo que se ve son caravanas de gentes buscando alimentos por todas las ciudades y poblados de esta isla. El cubano de nuestros días, ese que se alimentaba de pírricas raciones proporcionadas por la famosa “libreta socialista”, pasa más tiempos en las colas que en su trabajo.
Por su parte, las condiciones subjetivas se han venido expresando por medio de las letras, el arte y el cine, y esto tiene sus orígenes cuando el escritor Guillermo Cabrera Infante, el autor de Tres Tristes Tigres, manifestó su inconformismo con Castro, y tuvo que salir exiliado de Cuba en los años 60. Hoy, la nueva conciencia opositora al inconformismo castrista está representada por miles de jóvenes artistas, periodistas y soñadores como Tania Bruguera y Luis Manuel Otero Alcántara, del célebre Movimiento San Isidro, quienes en diciembre de 2020 lograron que más de 300 colegas, en su mayoría jóvenes, se reunieron en las afueras del Ministerio de Cultura de la isla para manifestarse contra la represión hacia el arte y las letras independientes, y le plantaron cara al castrismo, demostrándole que habían perdido la entonces superestructura política y cultura que antes decían dominar.
La nueva y activa sociedad civil cubana, de artistas y periodistas independientes, son los continuadores de los 75 activistas políticos que fueron encarcelados por Fidel Castro en la famosa Primavera Negra de 2003, de las Damas de Blanco, y del célebre Proyecto Varela de 2001, cuando un grupo de activistas dirigidos por Oswaldo Payá reunió unas once mil firmas, en donde pedía un referéndum sobre el sistema político de la isla. El proceso fue apoyado abiertamente por el expresidente Jimmy Carter durante su histórica visita en 2002 a Cuba. La petición reunió firmas suficientes según la Constitución vigente de entonces. Los Castro tomaron nota, y reformaron su Constitución, colocándole un candado de “socialistas para siempre”.
La oposición en Cuba ha venido en amplio crecimiento. Hoy las hay de todas las tendencias, pero todos piden un cambio en la Isla. Dispersos para unos, desorganizados para otros, oportunistas en algunos casos, pero ahí van, y hoy, quién lo creyera, con ayuda de las redes sociales, las cuales son el arma de todos aquellos, que al igual que en Colombia, representa la voz de los que tienen voz, se ha hecho presente, y los registros del 11 de junio, con jóvenes cubanos menores de 30 años, que al igual que en las barriadas de Ciudad Bolívar en Bogotá y Siloé en Cali, han salido sin miedo a enfrentar las injusticias, ya que carecen de futuro. Ver a jóvenes cubanos descalzos, niños en simples pantalonetas, mujeres negras con trajes raídos, y ancianos pidiendo comida, se demuestra que el socialismo en Cuba no existió, y si existió, fracasó.
Para complementar, al régimen le ha resultado un dolor de cabeza la canción Patria y vida [4], entonada por un grupo variado de jóvenes cubanos, entre los cuales hay desde exitosos intérpretes en Miami, hasta residentes en la Isla. Patria y vida hoy es un hit que hasta en la Isla se escucha a viva voz y delante de la gendarmería del régimen, y dos de sus intérpretes que viven actualmente en Cuba, como El Funky, Maykel Osorbo, han sido apaleados por turbas castristas. Por cierto, el silencio del insigne trovador del régimen, Silvio Rodríguez, deja mucho que pensar.
Mientras por las calles de La Habana pululan las colas interminables y el régimen se atornilla, ya es hora que la izquierda latinoamericana entienda que el socialismo castrista fracasó, y que Cuba es un duro bacalao de cargar con una solidaridad que no acepta el mínimo cambio para una vida mejor del pueblo cubano, y es por eso que los jóvenes cubanos de hoy no quieren seguir recorriendo el camino de penurias de sus abuelos y padres, y cantan a pecho pelado:
No más mentiras
Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas
Ya no gritemos patria o muerte sino patria y vida
Y empezar a construir lo que soñamos
Lo que destruyeron con sus manos.
[1] ¿Quién es Reinaldo Escobar?
[2]Los 13 fracasos más sonados de Fidel Castro
[3] Sobre el fracaso castrista: Deconstruyendo a Fidel y Cuba: la elevada inflación que deben enfrentar los habitantes de la isla tras el fin de la "doble moneda"
[4] Patria y Vida - Yotuel , @Gente De Zona , @Descemer Bueno , Maykel Osorbo , El Funky