“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de las pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos” (José Martí).
Con esta premisa del héroe cubano queda más que claro que el globo terráqueo está lleno de aldeanos vanidosos, que ignoran cómo un virus se está engullendo a miles de personas en Europa, y que otras se debaten entre quedarse en la vida terrenal o irse al más allá. Esos aldeanos tienen nombre propio, Donald Trump, Jair Bolsonaro y la derecha extrema internacional, que fieles a los intereses económicos, prefieren que miles de personas mueran, antes de que se desplome el mercado financiero y especulativo. Así es el sistema capitalista, primero el capital y segundo el capital.
Ante el triste y desolador panorama del viejo continente, debido a la infinidad de muertes causadas por el COVID-19, una pequeña isla, ubicada en el centro de América, con un embargo económico de más de cincuenta años, se erige solidaria en medio de la crisis. Así es, Cuba envía a Italia una delegación de médicos, demostrando a la Unión Europea y a la Casa Blanca, la verdadera solidaridad entre pueblos. Cuba es un gigante que ha puesto la bota del amor por la humanidad, a diferencia de otros que solo han puesto bombas y destrucción.
Cuba es reconocida por su preparación ante desastres naturales y epidemias por la destreza y voluntad de sus doctores y enfermeros. La cooperación médica cubana se ha extendido a países de África, Asia, América Latina y el Caribe.
Con la rápida expansión del COVID-19 en los Estados Unidos, tarde o temprano esa nación tendrá que pedir ayuda a la medicina cubana. Hasta el momento la medicina de la isla es la única que ha desarrollado un medicamento avanzado para combatir el virus. Cuba produce Interferón Alfa 2B, un medicamento que es usado por China para tratar a sus pacientes de coronavirus y que ha generado interés de compra en unos 15 países, como por ejemplo Inglaterra e Italia, países gobernados por sistemas políticos y económicos antagónicos a la sociedad cubana. Aun así les tocó prescindir del orgullo y recibir con aplausos la ayuda cubana. Igual decisión tendrá que tomar Trump, que prefirió salvar la economía antes de declarar cuarentena en su país. Esa jugada para nada magistral, hoy le está costando ser el país con más contagiados por COVID-19.
Los vanidosos que prefirieron el crecimiento económico y que dieron por bueno el orden universal deberán pedir perdón al generoso pueblo cubano por haberlo dejado solo durante tantos años de miserable bloqueo.