El 17 de diciembre de 2014 Obama consideró un fracaso el bloqueo de 54 años a Cuba; un mes después, en el discurso de ‘El Estado de la Unión’, dijo que el embargo “debería haber terminado hace tiempo”. Así se llega al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, desprovistas de tapujos en esta nueva era, en la que Fidel sigue y las diferencias con EE.UU. continúan.
Previamente al 20J, cuando la bandera amaneció a media asta en Washington, de parte y parte se liberaron personas, y a finales de mayo se sacó a Cuba de la lista de países que supuestamente financiarían el terrorismo. Obama, quien visitaría a Cuba a comienzos del 2016, también acordó con Castro, fuera del desbloqueo, la devolución de Guantánamo, que Washington no intervenga en los asuntos domésticos, y respete la soberanía de Cuba y que se finalizara la Guerra Fría. En La Habana se afirma que Raúl “pide y pide, (y) Taque no esperen nada a cambio de su parte.”
Las anteriores peticiones deben ser aprobadas por el Congreso de EE.UU. que podría tomarse unos tres años. Las dos Cámaras son mayoría republicana, el partido opositor a Obama. La Casa Blanca busca con reuniones y foros que el Capitolio de su espaldarazo a las medidas ejecutivas en relación con la pequeña isla. La industria cubana, en su mayoría estatal y reacia a la inversión foránea, se apresta a la oleada de la sociedad consumista. De un proyectado 2.2. % de crecimiento económico en 2014, Cuba logró el 1.3 %.
Desde enero se permiten los viajes a Cuba a personal de empresas de telecomunicaciones y financieras. El Banco estadounidense Stonegate de Florida se establecerá en la Isla con su corresponsal Internacional de Comercio de Cuba S.A. En Tampa y no en Miami, donde hay aproximadamente un millón de cubanos, La Habana abrirá un consulado. En todo caso, EE.UU. pedirá el acogimiento de la democracia por los isleños. Los contrarios a la apertura a Cuba, se refieren irónicamente a “logros diplomáticos dudosos para la foto”.