Para consideración, estos aspectos nos condenan a un atraso social y cultural que vemos reflejado actualmente en Colombia.
Primero, elegimos políticos por simpatía, aspecto y "parla", como si estuviéramos eligiendo compañero sexual, en lugar de elegir por mejor hoja de vida y trayectoria anticorrupción. En vez de mirar que tiene los estudios de más alto nivel y quién tiene historial demostrado en perseguir corruptos, elegimos al que mejor responda preguntas de reinado, hable bonito y tenga más fotos con la farándula local.
Segundo, veneramos lo que viene de afuera, invertimos en Colfuturo para que los mejores estudien en el exterior porque no confiamos en las universidades públicas locales. Porque creemos que todo lo que sea hace en el exterior es mejor.
Tercero, la élite local cree erróneamente que a los pobres se les debe dar la peor educación para que haya abundancia de mano de obra barata. Solo le dan educación de calidad a un sector privilegiado reducido, lo cual no es suficiente para das origen a una economía de la innovación con agentes de alto ingreso y súper empresarios. La industrialización requiere no solo un grupo selecto de personas preparadas, sino una población generalizada con conocimientos en matemáticas, ciencias y ciencias aplicadas.
Finalmente, esas instituciones españolas de carácter extractivo que se implantaron en el período colonial perduran, junto con la herencia cultural española: falta de disciplina y facilismo. Las instituciones que se implantaron en Norteamérica se basaban desde un principio en crear una institucionalidad para habitar el territorio. En Colombia el único fin de las instituciones creadas era la extracción. Como curiosidad, el nombre Colombia es en honor a Cristóbal Colón, conocido genocida, cuyas prácticas de exterminio y saqueo perduran.