En días pasados se inauguró en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano la exposición de Catalina Mejía. Ella trasforma el sentido de los géneros y de las técnicas mientras construye sus obras en donde amplía las fronteras entre la pintura y el dibujo, lo abstracto y lo figurativo, la fotografía con la fotocopia con el mundo conceptual. De este le interesa desde la línea tipográfica de una postal, nombres de libros que recorren la historia del arte occidental en sus bibliotecas. Obras que son realizadas sobre papel donde importa: la tipografía francesa, la distribución horizontal de los títulos que siguen su propia sintaxis hasta poemas visuales. Casi todo en blanco y grises. Es algo que aparece y desaparece en el papel mientras borra o tacha la imagen.
Otro de los argumentos de Catalina Mejía son los soportes. Láminas de aluminio de donde busca sacar un vestigio de una textura sutil, la palabra y la frase como argumento pictórico donde la mancha, el borrón o lo omitido queda subrayado sobre un tachón negro que niega información. También en su trabajo utiliza tela, papel, velos, cartones, pulpa de papel o acrílico.
Su trabajo tiene referencias concretas: el norteamericano Cy Twombly (1928-2011) quien mientras realizaba servicio militar, trabajó como criptógrafo y cuando fue artista realizó pinturas de gran formato donde tomaba notas y erotizaba el lienzo para interpretar el mundo de las formas con letras con tachones. Otro es el norteamericano Robert Rauschenberg (1925-208) que provenía del Arte Pop y quien se caracterizó por utilizar materiales y objetos no convenciones para combinarlos, superpuestos con fotografías y papel impreso. Y Luis Camnitzer (1937), alemán que creció en Montevideo, tiene una influencia en el arte conceptual latinoamericano y se caracteriza por optar por unas posiciones críticas y crípticas del mundo.
Catalina Mejía comenzó este camino desde pequeña. Cuando con sus hermanos Rodrigo, Ana y su padre Rodrigo Mejía, revelaban las fotos de los viajes. En ese proceso conoció una enorme gama de grises, la magia de la imagen que se transforma de lo blanco a lo impreciso, de lo posible a lo real. También supo, lo que hoy es una certeza: el vacío es una clave cuando se trata de manejo del espacio en la composición.
Esta exposición presenta cuatro ejercicios: el primero tiene que ver con la relación de un adelante o lo de atrás, lo anverso y lo reverso. La idea que desdobla cuando separa la unidad. En la Serie Postales, cada trabajo trae sus dos lados por separado. Las pinturas son sus obras que manejan un poco de color, son construidas con muchas capas de acrílico donde se notan las pinceladas pero, donde no aparece la acumulación sino por el contrario, importa en algo lo etéreo. El reverso corresponde a la postal sobre una obra de arte donde el espacio de atrás todavía no ha intervenido por un ser en su mensaje humano. Por el contrario, acá la realidad importa, la distribución de los nombres, los museos, el tipo caligrafía o la distribución de los espacios.
El segundo ejercicio es una instalación donde resalta el caballete en primer plano como elemento de trabajo que hace parte del proceso, atrás en la pared vienen la fotocopias que toma en la biblioteca de arte de la Universidad de los Andes. De allí recoge su material figurativo en fotocopias que tiene la peculiaridad, en su calidad mecánica, de dejar texturas. El acrílico es un elemento transparente que da la seguridad de lo rígido y la función a los marcos sin límites al formato sino que abre la posibilidad de ampliar las referencias del dibujo pictórico.
El tercer ejercicio son poemas visuales ateridos al aluminio y al acero. Se respeta la presencia del papel pero donde el límite de este mundo no termina en esa superficie. La palabra es el símbolo de la sintaxis poética, la palabra es imagen y la técnica del grafito es gesto pictórico.
El cuarto ejercicio representa las herramientas del pintor.
Imágenes construidas con tela, más collage en papel,
el grafito como la condición pictórica
El cuarto ejercicio tiene que ver, como el caballete, en la representación de herramientas del pintor. Imágenes construidas con tela, más collage en papel, el grafito como la condición pictórica. En el trabajo sobre los instrumentos muestra el proceso creativo con sus procesos mentales y los instrumentos manuales de un trabajo final.