Ya pasaron, aproximadamente, 2 semanas tras la posesión de 'Juan Pa'. Y aún no se entiende su plan de gobierno.
Desde las elecciones presidenciales, las encuestas arrojaron como ganador a Oscar Iván Zuluaga. La firma encuestadora “Gallup” lo precisó varios días, antes de conocerse los resultados. Y así fue, porque el candidato por el "Centro Democrático" se llevó la victoria por un margen bastante estrecho ante su contradictor Juan Manuel Santos.
Pero hoy la situación es diferente.
La verdad discurre en la más grande degradación de la política colombiana que, durante años, ha estado asociada con dineros “mal habidos”. La desconfianza crece y entristece a quienes sueñan por hacer de Colombia un mejor país, sin embargo la apatía aumenta cada vez que las relaciones, entre los diferentes sectores políticos, se nutren intencionalmente de escándalos y poderes burocráticos. Lo más grave es que la degradación se vuelca a los años ‘veintejulieros’ donde los discursos, emancipadores, intimidaban al contradictor. Aquí solo caben las suposiciones, las guerras sucias y las ventajas; lo que no rige: la imposición de la ética y la preocupación.
Así, entre vaivenes y de un modo particular, el choque de expresiones desencadenó peleas y a la vez conjugó la necesidad de tumbar el clientelismo que se sustentó durante 12 años. Ahora, la criminalidad y el terror son cómplices de aberrantes posiciones; cualquier desprendimiento de la noticia será importante para engañar a los colombianos quienes son de cambios a corto plazo. Si bien es cierto, la falta de debates y diálogos negaron toda claridad y sustentación por parte del doctor Juan Manuel Santos para entender, un poco, de qué se trata la Colombia que él nos quiere plantear.
Durante las campañas las mujeres sorprendieron por su “serena y lúcida” forma de llevar las ideas, pero la militancia dentro de sus partidos les quitó credibilidad y vehemencia en sus buenas opciones vísperas a la presidencia. Era impensable que Martha y Clara se aliaran para trabajar. Dos mujeres con muy buenas ideas. Y pese a los obstáculos generados en la política, estas ex candidatas lograron sacar buenas ventajas dentro del escenario machista; las múltiples decepciones de los varones dieron ventaja a quienes tuvieron en sus manos el rumbo del país.
Los cuestionamientos sobre la alternativa y las buenas ideas no caben en el contexto electoral; el colombiano de a pie tuvo en sus manos la respuesta a sus interrogantes, de igual manera y después de haber visto los recientes escándalos, se evidenció que los efectos negativos no son contraproducentes en las campañas afectadas, sino que le suman adeptos al avispado de turno.
Aquí el más vivo se aprovecha de los demás. Ahora, la firmeza que esperan los colombianos obliga a meter mano dura en la urgencia por acabar el conflicto, valiéndose de las necesidades y de los afanes por ejecutar y clausurar los más de 50 años en guerra. La necesidad del pueblo no puede ser directamente proporcional a la vocación de servicio de quienes prometen y prometen. La arbitrariedad y el oportunismo, en algunos sectores, generan capacidad de raciocinio puesto que los dominios de “poder”,hoy por hoy, alcanzan altos niveles de incredulidad y desacreditación.
Desde las elecciones y campañas, hasta el 7 de agosto, el paralelo fue confuso pero esperanzador. No obstante, los medios de comunicación fueron participes, ya que los colombianos se lanzaron a publicar comentarios alusivos a la posesión del reelecto presidente Santos. Así mismo, se destacó el alcance que puede tener el país si las cosas se corrigen como deben ser.
Para todo hay un discurso que es expuesto como la salvación y que a su vez es creíble. Para ello, Santos interiorizó y generó una producción de sentido, en su discurso, cuando se propuso acabar con la guerra, y sí jugársela por la paz, pero que hasta los últimos días ha desencantado por las acciones militares de las FARC. No hay que ser ajenos al proceso. Sin embargo, los comentarios se suman a los procesos de Santos y de su periodo anterior que, sin gracia, le dio ventaja durante la segunda vuelta presidencial. Y es que las líneas ideológicas y políticas en Colombia aún no están bien definidas. Resulta paradójico y chistoso cuando se habla de políticas “Neo Liberales”, a sabiendas de que el país, hace tiempo, está en manos extranjeras. La crisis que Telecom afrontó en el año 2003 es un ejemplo. Seguido, el discurso se centró en la paz. Y que personajes como Uribe y Pastrana la cuestionen es un despropósito para quienes hoy, como las víctimas, la deseen.
Para 2025 Colombia será la mejor educada. Desde la independencia el país sería la mejor región, se dijo. El mejor que hablaría el idioma español, el de mayor crecimiento, el más civilizado y el más próspero. Después de la constitución de 1991, hoy la gente se pregunta por qué hay injusticia y desorden. ¿Luego el país no es de todos?
Esperemos un buen rescate político.
@sergior1808
