Estimados lectores: de nuevo con el jazz, a propósito de la presencia este año en el Festival Internacional de Barranquilla, Barranquijazz, y también en otras ciudades del país, de una agrupación que integra a cuatro de los mejores músicos del jazz que podamos encontrar en un cualquier gran escenario del jazz del mundo: Jimmy Cobb, George Cables, Brian Linch y Eric Alexander. Un concierto programado para la noche del jueves 11 de septiembre en el teatro Amira de la Rosa y que nos pone a todos en la más deliciosa expectativa.
Quizá sea esta la primera vez que en Barranquijazz se dan cita en un mismo concierto, en un mismo grupo y en una misma noche tantos jazzmen tan legendarios, cada uno y todos con una o varias de estas razones: como intérpretes extraordinarios de sus instrumentos, como artistas reconocidos a través de varias generaciones en muchos escenarios del mundo; como creadores de escuelas y estilos a través de los años; como artistas norteamericanos que han logrado marcar los agitados caminos del jazz del mundo.
Esta vez asisten a este festival convocados por Eric Alexander, un talentosísimo saxofonista que, si bien probablemente su nombre no suene de golpe en el imaginario de la gente del común, representa uno de los instrumentistas más recurridos de la escena norteamericana e internacional, como concertista, de jazz y de música clásica, como tallerista prestigioso en los grandes centros educativos universitarios en su país y en el resto del mundo, como músico acompañante, como músico de estudio, autor de más de 35 trabajos discográficos a su nombre, así como en compañía de grandes figuras como Jim Rotondi, Steve Davis, Harold Mabern, Cedar Walton, Eddie Henderson, Pat Martino, entre muchos otros.
George Cables
El responsable de los teclados representa sin duda uno de los regalos más exquisitos a que hayamos podido recibir en este festival. Se trata de George Cables, pianista de magníficas cualidades tanto en el piano solo como acompañante, siendo quizá uno de los pianistas de los años 80 y 90 más influyentes en el jazz de esas dos décadas. Trabajó desde temprano con músicos como el soxofonista Steve Grossman y el baterista Billy Cobham. Perteneció a la gran escuela de los Jazz Messangers de Art Blaky, tocó con Sonny Rollins, Joe Henderson y Freddie Hubbard. Y fue el pianista de Dexter Gordon cuando éste regresó de su exilio a los Estados Unidos a finales de los años 70, años también en los que fue reconocido como el pianista favorito del famoso tenorista Art Pepper. No hay fans del jazz que se respete que no tenga una copia en acetato o en CD de su extraordinario disco Cables visión, con Tony Dumas, Freddie Hubbard, Bobby Hutcherson, Ernie Watts, Vince Charles y Peter Erskine.
Jimmy Cobb
De Jimmy Cobb no pude hablarse sin que uno se sienta prácticamente sobrecogido cuando lo que primero que hay que decir es que fue el baterista de aquella milagrosa sesión en la que se creó el disco más prestigioso del jazz contemporáneo: Kind of Blue, al lado de Miles Davis, Bill Evans, Winton Kelly, John Coltrane, Cannonball Adderley y Paul Chambers. Y desde luego reconocer que antes de eso tuvo el privilegio de tocar con artistas como Sara Vaughan, Billie Holliday, Dina Washington, John Coltrane, Dizzy Gillespie, Freddy Hubbard, entre muchos otros. ¡Qué más puede decirse de un sobreviviente de semejante importancia! Una oportunidad histórica para estar en presencia de una leyenda aún en plenas facultades.
Brian Linch
Y cierra este exclusivo combo de grandes hombres del jazz que viene a deslumbrar los escenarios de Barranquijazz 2014, llenos ya de grandes luminarias, un trompetista que es sin duda el más joven de todos pero en ningún caso el menos aventajado. Hablamos de Brian Linch. Quien nos ha dejado tan gratas impresiones en las dos ocasiones anteriores en las que ya ha estado en Barranquijazz. De Linch hay que reconocer su extraordianario dominio técnico, la posesión absoluta de un discurso jazzístico, su pasmoso poder de comunicación, su creatividad e inventiva en la improvisación, méritos por los cuales los entendidos lo ponen en las mismas conversaciones en las que se habla de trompetistas históricos como Lee Morgan, Blue Michell, Clifford Brown, Woody Shaw y Freddy Hubbard.
Sin duda un concierto que no podrá admitir ninguna excusa para no estar allí. Un regalo de la que Igor Stravinsky llamó siempre la única gran música que el siglo XX legó a la posteridad.
