"Romantizar la cuarentena es un privilegio de clase". Con esta frase la Red Comunitaria Trans pone sobre la mesa una problemática que se hizo visible con la cuarentena nacional decretada por el presidente Duque para contener la pandemia del Covid-19. Las trabajadoras sexuales del barrio Santa Fe, en Bogotá, no tienen garantizado los servicios de salud, tampoco un ingreso estable con el que puedan afrontar las próximas semanas de aislamiento.
Este no es un problema reciente. La ausencia del Estado para esta comunidad ha sido histórica, y la Red Comunitaria Trans advierte que las vidas más vulnerables son las las trabajadoras sexuales, marginada por la sociedad. Para todas dejar de trabajar no es una opción.
Según la Secretaría de Integración Social de la Alcaldía de Bogotá, la identificación de las trabajadoras sexuales, que en su mayoría pagan una habitación por días, ya comenzó.
La Red Comunitaria Trans también abrió un espacio de conversaciones para debatir sobre el papel del Estado y lo poco que ha hecho para brindarle garantías a las trabajadoras sexuales. La advertencia es una sola: todas las vidas valen lo mismo y no se puede priorizar la atención para ciertas poblaciones y a otras dejarlas a la deriva: