A los ciudadanos de a pie, líderes de opinión y crítica a lo políticamente correcto nos toca unirnos más que nunca.
Es que promover regulaciones a las protestas e inconformidad social hace que varios políticos de estrato 8, que viven en un mundo totalmente paralelo, se les ocurra difundir y presentar mediante trámites bien jalados (con complicidad de partidarios influencers, quienes ayudan cerrando filas de apoyo) iniciativas absurdas, que afianzan el autoritarismo, en una era digital que hace que el mundo acceda a información diversa y así tengamos puntos de vista más arraigados para aplaudir, criticar, alabar, cuestionar, controvertir, corregir e incluso, por qué no, sacarle un buen humor a toda la coyuntura nacional.
En estos últimos días, a uno de esos tales padres de la patria se le ocurrió una idea tan chabacana y populachera, propia de alguien que se quedó en 1920. Apenas despuntaba este año y un tal Antonio Zabaraín presentó un borrador de un proyecto de ley... que definitivamente es para enviar a la papelera de reciclaje con suma urgencia.
¡Qué desperdicio gastar 170000 litros de tinta imprimiendo una iniciativa tan pobretona y predecible, cuya aprobación es tan poco probable como pedir que un protagonista de la casa estudio en Miami tenga éxito! Sí, así de absurdo me parece ese dizque proyecto de ley.
¿Regular las redes sociales? ¿En serio? ¿En qué época está usted, senador?
Lo bonito de todo es que en el debate con Vicky Dávila sus argumentos son un chiste: “Yo respeto la libertad de expresión, pero una cosa es la libertad de expresión y otra cosa es libertinaje de expresión". ¿Libertinaje de expresión? ¿Será su pensamiento de expresión?
Quiero recordarle, estimada eminencia, que la libertad y el libertinaje no tienen nada que ver. Eso se demuestra en varios libros de política e historia que le recomendaría leer para ver si así se le quita lo bailao y para que al menos lea un documento relacionado con lo que va a legislar a favor o en contra de los ciudadanos.
Adjunto los debates en los que este comelón ha participado, donde se ve que su falta de percepción de la realidad y de los cambios culturales lo han condenado a vivir en un siglo pasado.
Cierro preguntando: ¿cuántos proyectos de censura va a hacer en este gobierno emprendedor, equitativo y legal?, ¿ese es el famoso pacto por Colombia que pretende inculcar? Ya van 2...