Es 31 de diciembre, Halloween, el día en que los niños salen a las calles disfrazados de sus personajes favoritos, de los héroes que admiran y de aquellos que quieren ser cuando sean grandes. La dinámica es sencilla, en muchos hogares de las ciudades se compran dulces a la espera de que algún pequeño llegue a recitar ‘quiero paz, quiero amor, quiero dulces por favor’ o el icónico ‘dulce o truco’ para recibir una golosina y llegar con su bolsa llena de ellos a su casa.
Sin embargo, una gran ingesta de dulces puede traerle problemas a los pequeños, por eso se debe medir la cantidad y se recomienda que el canasto de dulces sea dosificado al menor por un adulto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las dietas de los niños no pueden ser poco sanas y faltas de actividad física pues esto les afectará a largo plazo.
Varios expertos afirman que la ingesta calórica no debería sobrepasar el 10% en estas fechas especiales, es decir, niños entre los entre los 4 y los 10 años se recomienda que diariamente consuman entre 1.200 y 2.000 calorías, el 10% de esto serían 120 - 200 calorías aproximadamente. Los dulces que le dé no deben superar ese nivel.
Se recomienda ques establezca límites a los menores y sea usted como adulto responsable quien les dosifique las cantidades permitidas, además, recuerde la higiene bucal, pues el dulce acomulado en los dientes puede producirles caries. Debe dejarles claro a los menores que esta es una época especial y que no siempre podrán consumir esta cantidad de golosinas.
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