Desde pequeño he sentido pasión por el deporte. Les preguntaba a mis viejos cuál era el camino para ser futbolista y hasta cierta edad pensaba que solo los deportistas de alto nivel eran los del deporte rey. Luego, avanzando tanto en la estatura como en la conciencia y la autonomía en términos kantianos, me di cuenta de que hay un sinfín de deportes que pueden representar al país y alejar de los vicios, malos actos y pésimos hábitos a los niños y jóvenes que son el relevo generacional de nuestra nación.
El triunfo histórico de la pareja del tenis colombiano, en la catedral de este deporte, en donde el premio es entregado por la duquesa de Cambridge, miembro de la familia real del Reino Unido, es histórico. Con este, la visión del mundo hacia nuestro país tiende a cambiar, no somos solo drogas como nos tienen estigmatizados en el globo. Somos deporte, honra, sudor, lágrimas, esfuerzo y dedicación.
Bajo esta perspectiva, esta pequeña reflexión va dirigida en dos sentidos:
- El primero es hacia los gobiernos siguientes. Hay que desmonopolizar el deporte, el fútbol no puede tener una inversión tan exuberante de apoyo a comparación de los demás deportes. Mientras que la selección mayor de fútbol solo ha quedado como campeona de la Copa América en 2001, los ciclistas, patinadores, basquetbolistas, beisbolistas, voleibolistas, alpinistas, atletistas, corredores, maestros de equitación y demás deportistas se hacen solos.
Eso también aplica para los tenistas. Cabal y Farah se hicieron solos. Sus padres, amigos, preparadores físicos y patrocinadores fueron sus escuderos fieles de críticos que nunca tocaron una raqueta o realizaron alguna vez en su vida un ace. El presupuesto nacional debe responder a estas federaciones deportivas, el futuro del país está muchas veces en situaciones de miseria. En países como el nuestro, que el subdesarrollo es el pan de cada día, el deporte es una salida sana de transformación social y económica.
- El segundo hacia las instituciones educativas. Se debe apoyar el deporte, no podemos seguir primando el conocimiento lógico-matemático, como si fuera el único que existe. Por algo somos los últimos en las pruebas físicas. Si existen 10 tipos de inteligencias, ¿por qué solo evaluar bajo una específica cuando el ser humano es tan diverso y complejo que encasillarlo es la aberración más grande? Si a veces hay cabales y farahs en las calles pasando penumbras, también hay cientos de deportistas ahogados por la tradición en las instituciones educativas y centros educativos del país. Como diría Jorge Duque Linares, “el artista puede volver a hacer la escultura, el arquitecto puede volver a hacer los planos de una edificación, pero un mal docente daña una vida”. Córtarle las alas a estos estudiantes es cortarle el progreso al país.
A manera de conclusión, este triunfo histórico nos deja muchas cosas. Expreso en este escrito mi admiración por esa pareja de tenistas porque le demuestran al mundo que no somos solo drogas, corrupción y muerte a líderes sociales, también somos paz y honradez. Ojalá todo aquel que lea este escrito se atreva a soñar y a aportar a un mejor país.
