Un constructor irresponsable quedó en prisión domiciliaria por la muerte de 21 personas en Cartagena. Una locura de un juez que sin pena cuestiona la ética de la justicia, el dolor de los familiares y la lógica de una sociedad.
Y es que un problema serio en nuestro país, está en la responsabilidad que los jueces no entienden en cada fallo. Es angustiante tener una justicia tan cuestionable en estos fallos. Es insólito pensar que 48 meses en casa por cárcel envían un mensaje positivo y constructivo a otros posibles infractores, a las víctimas y sus familias y a las nuevas generaciones.
Y la razón del porque este despropósito es siempre similar: no hay muertos con dinero o poder. Es triste y decepcionante pero es un hecho que cuando la víctima o el victimario tienen poder, la justicia toma rumbos diferentes y pierde el norte ético, moral y legal. Algunos autores piensan que la ley no tiene ética o moral, pero es falso. La ley es la ética y moral en acción. Triste ver muertos pobres sin justicia, triste ver constructores librándose de su responsabilidad y más triste es saber que algunos infractores ven que "hacer las cosas mal" tiene pocas consecuencias.
Pobres muertos los pobres. Un país con jueces progresistas haría que los muertos de los pobres sean compensados con penas al menos iguales que las penas a los ricos. Un país con jueces serios, entendería que indemnizaciones fuertes y castigos ejemplares no alivian la perdida de los familiares pero aseguran que un posible infractor lo piense dos veces.
Lamentable.