Cuando la prensa habla de la situación económica de Venezuela, generalmente reportan en materia de la escasez de productos básicos y no desde un punto de vista macroeconómico. La cobertura mediática da la impresión que el actual problema del país se solucionará de manera rápida por la oposición cuando logren reabastecer los anaqueles, pero la realidad es completamente diferente. El reconocido economista Miguel Ángel Santos, quien fue el director de política macroeconómica para el candidato de oposición Enrique Capriles Radonski, realizó un análisis económico de Venezuela para el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard. Este análisis muestra que los efectos del fracaso del modelo económico del chavismo afectarán a toda una generación.
Según el reporte de Santos, en tan solo tres años el Producto Interno Bruto per capita de Venezuela ha disminuido en un 29.3%, es decir que en promedio, los Venezolanos hoy son igual de ricos que en 1956. El nivel de pobreza, uno de los índices que la Revolución Bolivariana buscaba disminuir, ha llegado a niveles nunca antes vistos desde 1997. Actualmente cuatro de cada cinco de hogares en Venezuela son pobres, un tercio se encuentra en extrema pobreza y tan sólo 18.2% no son pobres. Claramente, estas cifras disminuirán sustancialmente cuando se implemente un plan de recuperación económica, pero tomará tiempo para recuperar lo perdido. Millones de personas han perdido empleos en industrias que ya no existen, ya sea por expropiación y posterior bancarrota por malos manejos estatales o por simple falta de solvencia.
El análisis de Santos está basado en dos escenarios distintos, un retorno al pico histórico en términos de ingreso per capita en 1977 y el pico reciente de 2012. Si nada más miramos el pico reciente y no el histórico (un análisis más realista), los pronósticos son poco prometedores. Si la economía venezolana crece 2.3% anualmente, casi el doble del promedio Latinoamericano, le tardará 25 años en recuperarse. Escenarios más optimistas muestran un proceso más rápido que tardaría 15 años con un crecimiento anual de 3.4% o 10 años con un promedio de 4.6%. Para poner estas cifras en perspectiva, el crecimiento del PIB per capita durante la década de 2004 a 2014, en pleno auge del chavismo, fue de 2.5%. Lo más probable es que la recuperación tarde entre 10 y 15 años, tan sólo para volver a la situación en la que se encontraban en 2012.
Los obstáculos para terminar la recesión son bastante complejos. La desaceleración China ha contribuido a la caída de precios de las llamadas commodities de las cuales dependen muchos otros países en Latinoamérica como Colombia y Brasil. Esto, sumado al reciente incremento de las reservas de petróleo de los Estados Unidos y la expansión de nuevas tecnologías como la fracturación hidráulica o fracking, ha hecho que el precio de estos recursos tenga una tendencia a la baja en un mediano plazo. Además, los norteamericanos—quienes reciben dos tercios de las exportaciones venezolanas—están buscando expandir aún más su producción y pasar a ser uno de los principales exportadores de hidrocarburos.
A pesar de que no hay un consenso entre economistas sobre el precio del petróleo a futuro, con el incremento de reservas en Estados Unidos y la creciente disponibilidad de energías renovables, no sería descabellado pronosticar que el precio por barril no volverá a los $100 USD en un futuro próximo. En un país cuyo crecimiento es dependiente del petróleo y sin mayor producción doméstica en el sector no petrolero, la recuperación de económica será un esfuerzo gigantesco para el gobierno y el sector privado.