El platal que dejaría legalizar la cocaína sería grande. Para un buen entendedor, pocas palabras bastan. La experiencia que muchos personajes que han pasado por ser políticos de carrera nos indican que las clases del Congreso colombiano son muy buenas para aprender a negociar, cuando de aprobar peticiones presidenciales se trata. Se reparten de todo, desde cargos públicos hasta paseos turísticos.
¿Se imaginan cuánto billete verde corrupto en bolsas negras de basura se pasearían por el Congreso en las manos de quienes les gusta dar el sí a cambio de dádivas?; hasta el más tonto de los colombianos saben que para hacerlo debe la corte presidencial hacerle la venia a personas de mala clase elegidos por el pueblo, supuestamente para que los represente en bien.
Aquí manda la plata, es lo que nos está diciendo el mandatario, que quizás haya cuadrado con Maduro, Diosdado Cabello y muchos otros narcotraficantes que se mueven en todas partes del mundo.
¿El presidente Petro está aprovechando la forma de extorsión aplicada al presidente gringo, al cambiar la libertad de ciudadanos americanos que no hicieron nada en Venezuela, fueron detenidos, y serán canjeados por los sobrinos de la mujer de Maduro presos en estados unidos por narcotráfico.
Además, Maduro, Cabello y muchos otros están en las listas de recompensas millonarias por su captura, por estar enviando cocaína a otras partes del mundo y es colombiana ¿Qué pasaría a nivel mundial cuando semejante esperpento de idea sea pasada al congreso para ser aprobada?
El jueguito que se le quiere aplicar al pueblo colombiano de bien, por medio del cual se pretende decir que la bonanza económica que traerá el pago de IVA por parte de los delincuentes que han dejado muertes y violencia en todo el mundo, ahora será legal, es una ofensa.
Existe una propuesta seria e importante que no se ha revisado; ni siquiera por las organizaciones internacionales: legalizar, no prohibir, el cultivo de la planta de coca que genera harina para producir alimentos, abonos y medicinas.
En Lerma Cauca el mismo Sena ha participado en la orientación de mujeres que le dijeron no al narcotráfico y se negaron a seguirle vendiendo la hoja a los narcotraficantes; hoy producen bienestar y una zona en paz, pero están olvidadas por los gobernantes.
¿Por qué entonces en lugar de legalizar la cocaína que es algo malo, se deja de perseguir a los cultivadores de hoja que buscan un bien social? ¿Será que los campesinos o personas de bien que quieren cambiar y lo han hecho no negocian con dólares para que los escuchen?
Esas comunidades ejemplo de un verdadero cambio, están trabajando desde hace veinte años con el apoyo de muchas organizaciones incluso extranjeras. No se puede cambiar por dinero la verdadera paz total, cuando se pretende legalizar un veneno; la hoja de coca utilizada en proyectos productivos puede generar las oportunidades para la gente buena de Colombia en todo el campo sin dañar el medioambiente.
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