La construcción del famoso metro para la capital parece un sueño que nunca se va a lograr. Hasta el día de hoy solo vemos publicidad, pero nada de construcción. La administración de Gustavo Petro fue quizás cuando más tuvo resonancia la construcción de un metro moderno para Bogotá.
De hecho, se dejaron varios estudios de planeación que nos tendrían en otra situación si la siguiente administración los hubiera tenido en cuenta: probablemente, el metro hoy estaría en plena construcción. Sin embargo, como todo en este país, si al próximo gobernante no le gusta lo desbarata todo, sin importar si hay recursos ya comprometidos... lo importante es repartir el botín entre sus amigos.
Luego, Claudia López prometió en campaña continuar la construcción del metro elevado y señaló que además sería complementado con líneas hasta Suba y Engativá. Así mismo, dijo que en el año 2028 de fijo teníamos metro, pero como se atravesó la pandemia, la construcción mínimo se alargará un tiempo más, creo yo que para el año 2050. Esto sin contar con la famosa ampliación que la alcaldesa prometió hacer hasta ciertas localidades.
No obstante, a lo anterior falta agregarle el chanchullo, ponerle algunos micos al contrato, en fin... No ha comenzado la construcción y ya la Contraloría encontró 86 hallazgos de posible robo. A este paso no vamos a ver el metro nunca, los únicos metros que vamos a ver serán los que se consiguen en la ferretería o en la miscelánea.
Por otro lado, Medellín, a diferencia de Bogotá, comenzó a crear su metro en el año 1985. A pesar de que eran tiempos muy difíciles para Colombia, puesto que era la época de la violencia de los carteles de la cocaína, diez años después fue inaugurado. Igualmente, Venezuela, que muchos conocen por su dictadura y por un supuesto presidente autoproclamado, fundó en 1983 el metro de Caracas.
Y ahí no para la cosa. Recientemente han sido inaugurados varios metros en diferentes ciudades latinoamericanas, como es el caso de Quito, Lima y Ciudad de Panamá. De igual modo, en Bolivia, el expresidente Evo Morales le anunció a su pueblo que La Paz, una ciudad que no pasa de los 3.000.000 de habitantes, tendría su metro. Y hasta Corea del Norte, uno de los países más herméticos del mundo, tiene en Pyongyang, su capital, un metro subterráneo.
Así, como van las cosas, señores de la tercera edad, no se ilusionen: ustedes nunca van a ver el famoso metro, ni elevado ni subterráneo. Por su parte, el resto de la población podrá seguir imaginando que el TransMilenio es el metro futurista de Bogotá. Mientras tanto, en unos años, la Fiscalía General de la Nación comenzará a investigar la corrupción del metro de Bogotá, y de pronto llamará a preguntarle a Enrique Peñalosa y Claudia López sobre los desfalcos y la corrupción. No obstante, al igual que la fase I de TransMilenio, Peñalosa saldrá victorioso de cualquier investigación.
No resta más que seguir andando apretado en TransMiperreo o esperando media hora un bus en el que nos podamos subir.
