Ahora los uribistas se sienten muy patriotas rasgándose las vestiduras y llamando a Santos traidor a la patria por sus intenciones, absolutamente reprochables, de vender una de las pocas empresas que funcionan en nuestro país. Se les olvida que Uribe puso a la venta a medio país, que acabó con Telecom, que vendió Ecopetrol, que destruyó la educación pública y la salud. También olvidan es que en Junio del 2007 el gobierno de Uribe pensó en vender la hidroeléctrica y hasta le puso precio: 4.5 billones de pesos. En su momento, el entonces ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga, explicaba en el diario El Tiempo que la totalidad de la venta no era para invertir en carreteras cuatro G o en educación sino para pagar las deudas de los poderosos. ¿Con qué autoridad moral Zuluaga y su patrón, Uribe, vienen a hablar mal del presidente? ellos, como Pastrana en su momento, también quisieron apoderarse de Isagen.
En su constante saboteo al proceso de paz el uribismo recurre a la conciencia nacional tratando de hacerle caer en cuenta a la opinión pública que ese dinero de la venta de Isagen se lo parrandearán las FARC. Como educador rechazo por completa la venta de la hidroeléctrica pero que no venga ahora Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga a darnos lecciones de moral y de patriotismo desde la comodidad de su cuenta de Twitter cuando ellos hipotecaron a media Colombia y se han declarado enemigos acerrimos del fin del conflicto.